La aglomeración de migrantes en el parque central Miguel Hidalgo ha provocado graves afectaciones económicas a los 20 aseadores de calzado instalados en este lugar, ya que sus ingresos han disminuido en más del 50 por ciento en las recientes semanas.
Arturo Estrada Pérez, uno de los aseadores inconformes, afirmó que hasta hace unas semanas lustraban 30 calzados al día y ahora apenas brindan el servicio a 15 personas, lo que representa un duro golpe en el bolsillo de quienes se dedican a esta actividad.
Dijo que el ambiente que se vive todos los días en el parque central, es de suciedad, malos olores y la multitud de migrantes de diferentes países que ocupan las jardineras, bancas y los pequeños quioscos que están sobre la periferia de la plaza pública, por lo que, esta situación que provoca que la ciudadanía ya no quiera ir al parque.
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Señaló que hasta antes de que se diera este descontrol de muchedumbre migrante, las personas de esta ciudad, llegaban al parque a pasar un rato de tranquilidad, al tiempo que permitían que los boleros lustraran sus zapatos, pero ahora su trabajo se ha mermado al grado de no llegar con el sustento diario para las familias.
Detalló que el parque se ha convertido prácticamente en una sucursal del Instituto Nacional de Migración o de un albergue migrante, porque, aunque en el parque no se hace ningún trámite, los extranjeros ocupan este lugar para dormir, hacer sus necesidades fisiológicas, comer, y hasta llegan a molestar a la gente con discusiones entre ellos, riñas y consumo de marihuana.
Indicó que esta situación se está complicando porque todos los días llegan más migrantes y el parque se ha reducido a pequeños espacios donde no los dejan trabajar, por lo que pidió a las autoridades mayor atención en el proceso que solicitan los migrantes, porque este lugar que es el rostro de Tapachula se verá convertida en un muladar a donde nadie quiera llegar.
Criticó a los políticos, principalmente los que ahora son diputados, porque han dejado solos a la ciudadanía de esta frontera sur, ya que cuando estuvieron en campaña, prometieron estar cercanos a la gente para conocer sus problemas y ahora que requieren ser escuchados ninguno se asoma, ya que si bien es cierto no están en contra de la migración, sí lo están con el descontrol que impera en esta ciudad, donde el tapachulteco se siente rehén de esta situación.