El Instituto de las Mujeres en la Migración (IMUMI), informó que se ha registrado un aumento de mujeres en la población que migra de Centroamérica hacia la frontera sur, donde según cifras establece que el 40 por ciento de las solicitudes de refugio son tramitados por mujeres migrantes.
La colaboradora del Instituto de las Mujeres en la Migración (IMUMI), Miriam González, afirmó que desde hace 6 décadas la mujer ha tomado un papel protagonista en el tema migratorio pues de acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Migración (INM), las mujeres representan el 30 por ciento del total de las detenciones en el último año.
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Dijo que a través de este instituto se ha trabajado de cerca en el trayecto de las mujeres migrantes que ingresan por la frontera sur, cuyo género están casi a la par de los hombres en las solicitudes de refugio ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR).
Explicó que la migración en las mujeres es multifactorial y multicausal, ya que puede derivar desde la violencia e inseguridad en sus países de origen hasta por razones del cambio climático, que las ha dejado sin tierras para cultivar.
Sin embargo, la preocupación radica en la violencia a la que son sujetas en el recorrido que emprenden desde sus países hasta su destino final que comúnmente es Estados Unidos, debido a que sufren violencia sexual, discriminación, agresiones físicas y psicológicas, que no denuncian por el temor y por la falta de mecanismos de ayuda hacia ellas.
Reconoció que el desplazamiento de las personas sufrió un parteaguas en octubre del 2018, antes de esa fecha, la migración era casi invisible a los ojos de la sociedad, pero una vez que comenzó la migración masiva a través de caravanas, estos grupos se hicieron más visibles, y es entonces donde las mujeres sentían un poco de mayor protección en su migración, aunque solo era percepción, porque aun así siguen sufriendo violencia.
Reconoció que hacen falta mecanismos para hacer efectiva la protección de la mujer, aunque actualmente hay una ley general de acceso a las mujeres de una vida libre de violencia, pero no hay la garantías para que esta ley se cumpla, pues no existen en los estados, los mecanismos necesarios para garantizar la integridad de las mujeres.