La escalada de precios de productos alimenticios y de servicios básicos en el primer bimestre del 2021 lacera aun más la economía de la población, ya que sus ingresos son insuficientes para cubrir las necesidades esenciales de sus familias
Y es que en los recientes días, las familias han tenido que afrontar el incremento de precios de la tortilla, el gas, la luz, el pollo, carne y granos básicos, por lo que ahora tienen que desembolsar más recursos y comprar menos productos para el sustento diario.
La tortilla pasó de 15 a 17 pesos el kilogramo, la carne de 120 pesos a 130 pesos el kilo, el pollo se mantiene entre los 140 y 150 pesos y el gas pasó de 525 pesos a 615 pesos el cilindro de 30 kilogramos, lo que pega drásticamente en el bolsillo de las familias.
Marbella de los Santos, lamentó el discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador haya sido pura demagogia, ya que había prometido que no subirían los precios de la canasta básica ni del gas, pero la realidad ha sido otra, y los más perjudicados son las familias que viven al día.
Dijo que con la crisis que se vive por la pandemia del Covid-19 y ahora con el incremento de precios es más difícil cubrir la alimentación de sus familias, por lo que ahora tienen que disminuir el volumen de producto para que le pueda alcanzar para toda la semana o quincena.
"Pues en mi familia hemos tenido que ajustarnos a la situación que vivimos, ya que antes comprábamos un kilo de tortillas por comida y ahora solo adquirimos 10 pesos, ya no estamos en condiciones en desperdiciar este alimento.
Doña Irma Osorio, es jefa de familia y comerciante de verduras, ella indicó que para quienes no tienen un sueldo diaria es mucho más complicado subsistir con la crisis que se vive, por lo que prácticamente tiene que estirar los pocos recursos que le llegan a su bolsillo.
Detalló que en su caso prefiere comprar harina de nixtamal y preparar ella misma sus tortillas, ya que se ahorra unos cuantos pesos, además el consumo de pollo y carne en su hogar se ha convertido en un platillo muy esporádico.
Por su parte, Karla Soto, puntualizó que con la escalada de precios gasta hasta un 50 por ciento más en la compra de la despensa semanal, ya que antes gastaba mil pesos para adquirir sus productos básicos y ahora lo hace con mil 500 pesos, pero lo más lamentable es que el salario de sus esposo sigue igual.
" Mi esposo trabaja de albañil y gana en promedio 2500 pesos semanal, es decir invertimos más de la mitad de nuestros ingresos para la comida, sin embargo, en casa hay otros gastos que ya no podemos cubrir, la verdad que cada vez la situación es más precaria para la familia", acotó.