Chiapanecos que fueron desplazados por la violencia en la región de La Sierra hacia Cuilco, Guatemala, narran las horas de angustia en medio de las balaceras.
A través de la página oficial de Gobernación Departamental de Huehuetenango, autoridades de Guatemala dieron a conocer la situación actual de los desplazados
Benilda, una mujer desplazada del barrio San José, municipio de Amatenango de la Frontera, señala que antes de escapar escuchaban noticias sobre balaceras y les decían que no salieran.
"Nosotros sin saber, no queríamos salir de nuestras casas. Yo tengo 10 animales, otras cosas y mi casita. Además, tengo una niña de 3 años, es mi nietecita", señala.
"Cuando escuchábamos las balaceras nos metíamos debajo de la cama, tirados al piso".
Afirma que los delincuentes empezaban a disparar y "se escuchaba cómo las balas pasaban arriba de nosotros. Cuando se tranquilizó tantito, salimos como pudimos, no trajimos ni ropa, ni chanclas, ni nada, ni pañal para la niña".
"Yo no traje nada, nos venimos caminando y además enferma. Mi marido está enfermo, padecemos de diabetes. Como pudimos estamos aquí en Barrio Reforma y gracias a esta comunidad que sí nos está apoyando", mencionó.
Por su parte, Apolinar, del Barrio San José, del estado de Chiapas, mostró su gratitud con los hermanos guatemaltecos que les abrieron las puertas.
"Creo que es algo que no tiene precio, gracias a ellos tenemos un lugar dónde pasar la noche, no estamos aguantando frío, gracias a Dios, y gracias a ellos nos recibieron bien", afirma.
Agradeció el apoyo que está dando el gobierno de Guatemala y a toda la gente que los está apoyando.
Audilio Epifanio Roblero Arriaga, alcalde municipal de Cuilco y Elsa Hernández, gobernadora departamental de Huehuetenango, informaron que pidieron el reporte de los líderes comunitarios de las comunidades de donde son los desplazados.
"Cuando ellos nos confirmaron que esta noticia era veraz, les pedimos a los líderes que buscaran espacios en los centros comunitarios, como la Iglesia Católica, la Iglesia Evangélica, los salones comunitarios y los centros educativos", señaló Roblero Arriaga.
Mencionaron que este es un problema estructural de años y que es importante atenderlo de manera bilateral entre los gobiernos de Guatemala y México, ya que está afectando más a la población mexicana.
Agregó que gestionaron ayuda humanitaria, gracias a las instituciones cooperantes que han facilitado víveres, kits de higiene y otros insumos necesarios para la supervivencia de la población.
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En el tema de seguridad, mandos del Ejército de Guatemala señalaron que hay una fuerza combinada entre militares y policías.
Se han desplazado destacamentos militares para resguardar la frontera.
Ante la situación que impera en el Caserío de Ampliación Nueva Reforma, el Ejército de Guatemala ha desplegado unidades militares en el límite político internacional, específicamente en cuatro puntos principales, como es Oaxaqueño, donde existe una avenida de aproximación hacia el territorio guatemalteco bastante fuerte, por donde el personal de los carteles puede incursionar.
Asimismo, patrullan el límite político internacional en el área de Veracruz Frontera y Nueva Reforma.