Balseros que operan en los límites de México y Guatemala, improvisaron dos tirolesas para el paso de personas en el río Suchiate, luego de que este afluente destrozara pasos de extravío por donde a diario circulaban cientos de extranjeros.
Pese a estos pasos improvisados, el flujo que anteriormente se generaba no ha vuelto a ser el mismo, debido a que el terreno donde descienden los pasajeros es accidentado y hay que escalar un poco, tarea que se complica más en personas de la tercera edad.
Los encargados de esta tirolesa, cobran 30 pesos por el cruce de las personas, que tiene que sentarse en un columpio hechizo y después son lanzados a través de una cadena gruesa de alambre, con la cual llegan de un extremo a otro.
Para poder llegar a la comunidad Talismán, las personas tiene que sortear al menos dos pequeñas mesetas, en las cuales se requiere de desgaste físico para poder avanzar.
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Además, si se presenta lluvia, el lugar se convierte en terreno lodoso y resbaladizo, que podría generar la caída de personas en cualquier momento.
El peligro es latente, ya que los ocupantes de estos pasos improvisados podrían caer al río en cualquier momento, ante la rotura de algunos de estos cables o la falta de pericia para mantenerse en el asiento hecho a base de tablas.
Los encargados del trasiego de mercancías y el paso de personas han señalado que será hasta noviembre cuando, quizá, puedan reactivar y rehabilitar los pasos que el río destruyó, aunque ahora la actividad se vea disminuida en la frontera entre México y Guatemala.
Mientras tanto, arriba del río, en la vía formal, el paso de personas también ha disminuido notoriamente, aunque se atribuye esta situación por la pandemia que azota a ambas naciones.