Las mujeres y hombres haitianos son los más discriminados en la frontera sur debido a la barrera idiomática que les impide poder relacionarse con la población local, principalmente en la ciudad de Tapachula, señaló Desiree Rosales, gerente del Proyecto Faro.
Detalló que todas las mujeres migrantes de Venezuela, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y otras nacionalidades también sufren discriminación, pero se acentúa más en las mujeres haitianas.
“Las mujeres hablan de la discriminación que viven y yo puedo decir que todas sufren discriminación, incluso institucional, por su forma de vestir, hablar, caminar y color de piel”, expresó la activista defensora de los derechos humanos de mujeres migrantes.
Añadió que en el centro de la ciudad de Tapachula es donde las mujeres migrantes se sienten más inseguras y donde sufren más discriminación de la población local durante su estancia o paso por la Perla del Soconusco.
Añadió que las mujeres haitianas también sufren discriminación a la hora de buscar trabajos seguros para ellas y que es mucho más complicado encontrar empresas chicas, medianas y grandes que sean aliadas y brinden la oportunidad de un trabajo estable en Tapachula para ellas.
Precisó que como Proyecto Faro se busca que las empresas locales les brinden un empleo seguro y en donde no se les discrimine, explote o abuse de las mujeres haitianas, quienes lo que buscan es una mejor oportunidad de vida lejos de la pobreza y violencia.
“Si como mujeres mexicanas también sufrimos discriminación, pues no se nos paga ni el salario mínimo, ahora imagínate a las mujeres migrantes que llegan a México a través de la frontera sur con Guatemala, máxime si tienen esta barrera idiomática”, abundó.
Destacó que como Proyecto Faro están trabajando para que todas las mujeres, independientemente de si son migrantes o no, dejen de ser discriminadas en la frontera sur, principal punto de ingreso de miles de migrantes en busca de una mejor calidad de vida.
Puntualizó que hay mucho trabajo por hacer para terminar con la discriminación, pero se necesita del apoyo de las autoridades de los tres niveles, así como de la sociedad en general para acabar con la discriminación.