/ domingo 26 de noviembre de 2023

Blas Francisco Zamora Espinosa, sangre fresca en la nueva política mexicana

Estudioso del derecho y maestro en Derecho Civil Corporativo, le gusta trabajar con flores porque crea un enlace sensible; su lado humano está cerca del altruismo

El lenguaje de las flores viene de la época victoriana y en nuestros tiempos, ellas están asociadas a un sentimiento, se entregan con un mensaje, casi siempre de amor… de una buena noticia o agradecimiento.

Ser detallista con sus novias, la pasión que su madre le tiene y, tener el gusto por regalarlas, lo llevó hace dos años a ingresar al mercado romántico de las flores. Así que se matricula para llevar dos talleres y ofrecer un espacio en donde las flores, hacen el papel estelar.


Pero la historia comenzó mucho antes, con su última pareja, se asociaron en este negocio y juntos comercializaron flores y chocolates, pero las flores no lograron que el amor perdurara y se rompió la sociedad.

El 22 de diciembre del año 2021, en pandemia, decide abrir Floristería Tapachula, enfrentando problemas que, con el paso de los días fue resolviendo hasta consolidarse en un negocio próspero y de éxito.

Nuestro estelar de Diario del Sur, es Blas Francisco Zamora Espinosa, el primogénito de Blas Zamora Martínez y Aremi Espinoza Cruz, quien después de haber cursado todos los niveles en el Colegio Izapa, decide viajar a la capital chiapaneca.

En Tuxtla Gutiérrez, se matriculó en la Universidad del Valle de México, en donde se convirtió en Licenciado en Administración de Empresas, pero como sus ambiciones son mayores, después estudia la Licenciatura en Derecho y maestría en derecho civil corporativo en la Universidad de Soconusco, en Tapachula, chis.

Su vida laboral comienza al lado de Neftalí del Toro Guzmán, colaboró con él siendo diputado local como su agente particular y después siendo alcalde de Tapachula, se desempeñó asesorando y realizando varias actividades, en un periodo del 2012 al 2018.

Cuando Rosa Irene Urbina Castañeda, ingresa como alcaldesa sustituta, colabora en la Secretaria de Salud, en la dirección de riesgos sanitarios, teniendo como jefe al Dr. Eduardo Medina en el año 2020.

Después recibe la encomienda de estar al frente como director de desarrollo integral de la juventud, de la secretaria de la Juventud y Deporte, cargo que sigue desempeñando hasta el día de hoy.


El 22 de diciembre del año 2021, en pandemia, decide abrir Floristería Tapachula/Foto: Carlos Morán | Diario del Sur



Estar en la secretaria de la juventud, le hace recordar que él también fue joven y que los tiempos de hoy exigen que los jóvenes estén alertas con los cambios y la tecnología que camina a pasos agigantados.

Joven y dinámico, Blas esta consiente que, ser funcionario no es una labor para siempre, aunque tiene unos sueños pendientes pero, mientas tanto, además de la floristería, ha emprendido un nuevo proyecto: “Cafecitos Mexican Coffe”.

Esta nueva empresa tiene la misión de exportar café chiapaneco a la Unión americana, teniendo como plan a futuro, franquiciar la floristería Tapachula, y llevar cafecitos mexican coffe a Europa.

Este nuevo negocio de café está certificado por USDA, lo que garantiza que el café que trabajan sea de excelente calidad.

Pero en realidad quién es Blas Francisco Zamora Espinoza. Es un ciudadano que vive el resto de la juventud, un profesionista convencido que en Tapachula pueden hacerse cosas muy prometedoras, porque somos frontera, acá comienza la patria y en esta nueva era, los jóvenes tienen la oportunidad de oxigenar la política y el sistema de este país.

Asegura que en política no hay nada escrito, está y siempre ha trabajado permitiendo que el destino lo lleve, ya que toda su vida ha sido servir, y espera servir algún día a su pueblo desde una trinchera de buen nivel.

Estamos acá para hablar de las flores, por el segundo aniversario de Floristería Tapachula, porque no es común que un profesional de las leyes y la administración se introduzca en el negocio de las flores, que instale un negocio que sirve como aliado de los enamorados, como cómplice de tantos pasajes que, finalmente lo expone a él como un hombre sensible y poseedor de un arte, porque sus ramos llevan arte.


En plena pandemia, decide abrir Floristería Tapachula, enfrentando problemas; ahora busca llevar Cafecitos Mexican Coffe a Europa


Y como las flores van de la mano del amor, hoy está soltero, no le urge pero es un hombre que está de acuerdo con el matrimonio, la familia y por eso, no descarta que cuando llegue la persona ideal, estabilice su vida, cambie de estado civil y empiece una nueva historia…

¿Harías la misma familia que tienes, repetirías el mismo patrón? La respuesta fue certera -Amo a mi familia y no cambiaría nada de ellos-

Zamora Espinosa nos regala un testimonio de vida, abre su corazón y reconoce que, en sus años mozos fue un joven radical, extremista, que desperdició muchos años de su existencia pero que hoy lucha por ganar, reivindicarse y ser una nueva persona, convertirse pues, en un ejemplo para las nuevas generaciones.

Sus palabras textuales como lo redacto, dicen que, todo en la vida se puede, luchando, convencido que los errores de la juventud, no deben marcar el camino para continuar, sino que debe ser, un alimento para hacer mejor todo.

“Hoy trabajo el triple de lo que debería trabajar, no como castigo, sino que deseo recuperar el tiempo perdido” gracias a Dios no hay facturas que pagar.

¿Te gusta la política? –“Me encanta, toda mi vida he vivido con un político, mi padre, no me gusta vivir del erario publico y por eso trabajo en otras áreas comerciales, pero sí me gustaría algún día administrar los recursos de mi pueblo”-

Es el primogénito de Blas Zamora Martínez y Aremi Espinosa Cruz, quien siendo niño le gustaba ver a los artistas de rock, y deseaba ser uno de ellos, de joven tocó la batería en un grupo y de vez en cuando canta, participó en grupos de rock, tal vez por eso, comenzó a marcarse la piel.


Su vida laboral comienza al lado de Neftalí del Toro Guzmán/Foto: Facebook | blas.zamoraespinosa


Si, entre broma y algo serio comparte que, tal vez su sueño frustrado es que nunca llegó a ser una estrella de rock, y tal vez ahí comenzó el deseo por marcarse la piel, comenzó a tatuarse el cuerpo, una decisión difícil, porque tienes que vivir con ello toda la vida, te puedes arrepentir, pero ya es algo con lo que tienes que vivir el resto de tu existencia.

Afortunadamente los tiempos modernos, esta nueva era, ya no es tan estricta descalificando a quienes se rayan la piel, mucha parte de la humanidad desea escribirse un recuerdo en la piel para siempre, para llevarlo incluso a la tumba.

“Marcarme la piel es algo significativo, es un sentimiento propio y no me arrepiento, me gusta, solo me arrepiento de no haber escuchado a mis padres a tiempo, fui como muchos jóvenes, pero estoy trabajando en eso, en recuperar lo perdido para ser mejor cada día”

Blas Francisco Zamora Espinosa, es un ciudadano con personalidad autentica, estudioso del derecho y maestro en Derecho Civil Corporativo, le gusta trabajar con flores porque crea un enlace sensible entre humanos y su lado humano, está cerca del altruismo.

Es miembro de una asociación que ayuda a niños con cáncer, un trabajo silencioso del que no habla ni presume en la entrevista, una virtud que muestra a un ciudadano de 30 años, que trabaja y cultiva la esperanza, de abonar para que Tapachula, prospere.

Blas, nació el 9 de marzo de 1993, es un hombre que está trabajando para hacer su propio camino, realizarse y lograr todo.



morancarlos.escobar1958@gmail.com


El lenguaje de las flores viene de la época victoriana y en nuestros tiempos, ellas están asociadas a un sentimiento, se entregan con un mensaje, casi siempre de amor… de una buena noticia o agradecimiento.

Ser detallista con sus novias, la pasión que su madre le tiene y, tener el gusto por regalarlas, lo llevó hace dos años a ingresar al mercado romántico de las flores. Así que se matricula para llevar dos talleres y ofrecer un espacio en donde las flores, hacen el papel estelar.


Pero la historia comenzó mucho antes, con su última pareja, se asociaron en este negocio y juntos comercializaron flores y chocolates, pero las flores no lograron que el amor perdurara y se rompió la sociedad.

El 22 de diciembre del año 2021, en pandemia, decide abrir Floristería Tapachula, enfrentando problemas que, con el paso de los días fue resolviendo hasta consolidarse en un negocio próspero y de éxito.

Nuestro estelar de Diario del Sur, es Blas Francisco Zamora Espinosa, el primogénito de Blas Zamora Martínez y Aremi Espinoza Cruz, quien después de haber cursado todos los niveles en el Colegio Izapa, decide viajar a la capital chiapaneca.

En Tuxtla Gutiérrez, se matriculó en la Universidad del Valle de México, en donde se convirtió en Licenciado en Administración de Empresas, pero como sus ambiciones son mayores, después estudia la Licenciatura en Derecho y maestría en derecho civil corporativo en la Universidad de Soconusco, en Tapachula, chis.

Su vida laboral comienza al lado de Neftalí del Toro Guzmán, colaboró con él siendo diputado local como su agente particular y después siendo alcalde de Tapachula, se desempeñó asesorando y realizando varias actividades, en un periodo del 2012 al 2018.

Cuando Rosa Irene Urbina Castañeda, ingresa como alcaldesa sustituta, colabora en la Secretaria de Salud, en la dirección de riesgos sanitarios, teniendo como jefe al Dr. Eduardo Medina en el año 2020.

Después recibe la encomienda de estar al frente como director de desarrollo integral de la juventud, de la secretaria de la Juventud y Deporte, cargo que sigue desempeñando hasta el día de hoy.


El 22 de diciembre del año 2021, en pandemia, decide abrir Floristería Tapachula/Foto: Carlos Morán | Diario del Sur



Estar en la secretaria de la juventud, le hace recordar que él también fue joven y que los tiempos de hoy exigen que los jóvenes estén alertas con los cambios y la tecnología que camina a pasos agigantados.

Joven y dinámico, Blas esta consiente que, ser funcionario no es una labor para siempre, aunque tiene unos sueños pendientes pero, mientas tanto, además de la floristería, ha emprendido un nuevo proyecto: “Cafecitos Mexican Coffe”.

Esta nueva empresa tiene la misión de exportar café chiapaneco a la Unión americana, teniendo como plan a futuro, franquiciar la floristería Tapachula, y llevar cafecitos mexican coffe a Europa.

Este nuevo negocio de café está certificado por USDA, lo que garantiza que el café que trabajan sea de excelente calidad.

Pero en realidad quién es Blas Francisco Zamora Espinoza. Es un ciudadano que vive el resto de la juventud, un profesionista convencido que en Tapachula pueden hacerse cosas muy prometedoras, porque somos frontera, acá comienza la patria y en esta nueva era, los jóvenes tienen la oportunidad de oxigenar la política y el sistema de este país.

Asegura que en política no hay nada escrito, está y siempre ha trabajado permitiendo que el destino lo lleve, ya que toda su vida ha sido servir, y espera servir algún día a su pueblo desde una trinchera de buen nivel.

Estamos acá para hablar de las flores, por el segundo aniversario de Floristería Tapachula, porque no es común que un profesional de las leyes y la administración se introduzca en el negocio de las flores, que instale un negocio que sirve como aliado de los enamorados, como cómplice de tantos pasajes que, finalmente lo expone a él como un hombre sensible y poseedor de un arte, porque sus ramos llevan arte.


En plena pandemia, decide abrir Floristería Tapachula, enfrentando problemas; ahora busca llevar Cafecitos Mexican Coffe a Europa


Y como las flores van de la mano del amor, hoy está soltero, no le urge pero es un hombre que está de acuerdo con el matrimonio, la familia y por eso, no descarta que cuando llegue la persona ideal, estabilice su vida, cambie de estado civil y empiece una nueva historia…

¿Harías la misma familia que tienes, repetirías el mismo patrón? La respuesta fue certera -Amo a mi familia y no cambiaría nada de ellos-

Zamora Espinosa nos regala un testimonio de vida, abre su corazón y reconoce que, en sus años mozos fue un joven radical, extremista, que desperdició muchos años de su existencia pero que hoy lucha por ganar, reivindicarse y ser una nueva persona, convertirse pues, en un ejemplo para las nuevas generaciones.

Sus palabras textuales como lo redacto, dicen que, todo en la vida se puede, luchando, convencido que los errores de la juventud, no deben marcar el camino para continuar, sino que debe ser, un alimento para hacer mejor todo.

“Hoy trabajo el triple de lo que debería trabajar, no como castigo, sino que deseo recuperar el tiempo perdido” gracias a Dios no hay facturas que pagar.

¿Te gusta la política? –“Me encanta, toda mi vida he vivido con un político, mi padre, no me gusta vivir del erario publico y por eso trabajo en otras áreas comerciales, pero sí me gustaría algún día administrar los recursos de mi pueblo”-

Es el primogénito de Blas Zamora Martínez y Aremi Espinosa Cruz, quien siendo niño le gustaba ver a los artistas de rock, y deseaba ser uno de ellos, de joven tocó la batería en un grupo y de vez en cuando canta, participó en grupos de rock, tal vez por eso, comenzó a marcarse la piel.


Su vida laboral comienza al lado de Neftalí del Toro Guzmán/Foto: Facebook | blas.zamoraespinosa


Si, entre broma y algo serio comparte que, tal vez su sueño frustrado es que nunca llegó a ser una estrella de rock, y tal vez ahí comenzó el deseo por marcarse la piel, comenzó a tatuarse el cuerpo, una decisión difícil, porque tienes que vivir con ello toda la vida, te puedes arrepentir, pero ya es algo con lo que tienes que vivir el resto de tu existencia.

Afortunadamente los tiempos modernos, esta nueva era, ya no es tan estricta descalificando a quienes se rayan la piel, mucha parte de la humanidad desea escribirse un recuerdo en la piel para siempre, para llevarlo incluso a la tumba.

“Marcarme la piel es algo significativo, es un sentimiento propio y no me arrepiento, me gusta, solo me arrepiento de no haber escuchado a mis padres a tiempo, fui como muchos jóvenes, pero estoy trabajando en eso, en recuperar lo perdido para ser mejor cada día”

Blas Francisco Zamora Espinosa, es un ciudadano con personalidad autentica, estudioso del derecho y maestro en Derecho Civil Corporativo, le gusta trabajar con flores porque crea un enlace sensible entre humanos y su lado humano, está cerca del altruismo.

Es miembro de una asociación que ayuda a niños con cáncer, un trabajo silencioso del que no habla ni presume en la entrevista, una virtud que muestra a un ciudadano de 30 años, que trabaja y cultiva la esperanza, de abonar para que Tapachula, prospere.

Blas, nació el 9 de marzo de 1993, es un hombre que está trabajando para hacer su propio camino, realizarse y lograr todo.



morancarlos.escobar1958@gmail.com


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