Tuxtla Gutiérrez. Los precios de calaveritas de dulce, uno de los tantos elementos que componen las ofrendas en un altar de muertos, se elevaron este año, pues una calavera de tamaño grande, de aproximadamente 10 centímetros de diámetro, cuesta hasta 70 pesos.
Las más pequeñas, que son como el tamaño de un sacapuntas escolar, se venden a 10 pesos cuatro piezas; seguido de 20 pesos dos piezas de este producto en un tamaño mayor al primero, y luego a 40 pesos la pieza una más grande, de siete centímetros de diámetro.
Pese a su costo, las locatarias que se dedican a venderlos en el Mercado Juan Sabines, en la capital del estado, indicaron que es poco lo que se le gana a este producto.
Las calaveritas de dulce, que también las hay de chocolate, provienen del Mercado de Jamaica de la Ciudad de México, las cuales se piden con ocho días de anticipación. A cada producto se le saca una ganancia de 10 pesos, pero a eso se le resta otros insumos para la venta.
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la señora Esther locataria dedicada a la venta de dulces con más de 20 años en ese centro de abastos dijo que este año pidió mucho menos producto, por los altos costos y detalló que las tradicionales calaveritas de azúcar elevaron su precio considerablemente en relación a años anteriores.
Precisó que ella compra las “medianitas” en 40 pesos, “las más grandecitas” en $55 y las vende en 50 y 70 pesos, respectivamente, lo que le deja muy poca utilidad, pues tiene que invertir en bolsas y en una película plástica para que “no se mosqueen”.
Costo de un altar
El pasado fin de semana, en este mismo del centro de Tuxtla Gutiérrez, reportó un alza en la afluencia de compradores en comparación a días previos, esto debido a las festividades de Día de Muertos, sin embargo, no hubo el alza esperada en las ventas, sobre todo por los elevados costos de algunos productos para los tradicionales altares.
Algunos locatarios como doña Yolanda Hernández, quien se dedica a la venta de pan de muerto, señaló que las ventas están casi al 50 por ciento en relación al 2019, año anterior a la pandemia y dijo que cada vez se vende menos pues “la tradición se ha ido perdiendo conforme pasa el tiempo”.
El señor Juan Pablo Pineda, uno de los clientes que se surtió de los productos para su altar en el mercado Juan Sabines, manifestó que, entre frutas, flores, dulces, pan de muerto, papel picado y una veladora se gastó 275 pesos, y destacó que le hubiera gustado comprar más cosas para hacer un altar más grande, pero por la cuestión económica no le fue posible.