Los desafíos que nos propone el cambio climático no son amenazas que se pueden pensar a futuro, por el contrario, son realidades que complican las actuales condiciones de quienes vivimos en la región Costa y Soconusco de México.
La frase “cuando el destino nos alcance” está rebasada por una realidad que parece no ha quedado del todo clara para quienes manejan la política ambiental en los tres órdenes de gobierno, así lo dejó muy claro el pasado Conversatorio sobre Riesgos Ambientales, dictado por el biólogo Vicente Castro Castro, Profesor Investigador del Centro Mesoamericano de Estudios en Salud Pública y Desastres e investigador de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma de Chiapas.
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De acuerdo con la tendencia mundial derivado de los trabajos de la COP27, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, aseguró que o cooperamos o perecemos; lo que parece una simple declaración, es la afirmación sobre una realidad, afirma el catedrático de la UNACH; lo que en realidad está ocurriendo en la Costa de Chiapas es un pequeño ejemplo del cambio que sufre el planeta en diferentes latitudes.
El despilfarro de recursos, el mal manejo de las fuentes de energía, las insuficientes políticas para el manejo y control adecuado del tema ecológico, dan como resultado problemas tangibles como la escasez de agua, sequía, contaminación de mantos acuíferos, tala inmoderada con la erosión del campo, sobre explotación de tierra con resultados de esterilidad del campo.
Problemas ambientales que vivimos a diario y que merecen toda la atención necesaria, desde la teoría pero que en la práctica no están en la agenda política y por eso se necesita ponerlos en contexto, afirma Castro Castro.
Chiapas cuenta con 85 municipios dentro de la línea del cambio climático, 29 están en lo máximo de afectación y 56 más están en el nivel de alta vulnerabilidad; Tapachula y sus municipios conurbados están en el nivel de afectación extrema.
Los ejemplos de estas afectaciones son evidentes, falta de agua, elevación de la temperatura y altos niveles de contaminación de la tierra; desde 1960 se ha registrado un alza en los grados de calor en Tapachula, en 1960 con registro promedio de 28 grados a 36 grados en 2020, 4 grados en los últimos diez años.
Hace 20 años en el municipio de Mazatán que también está en la línea de alta vulnerabilidad, se hallaba agua al escarbar tan sólo 20 centímetros en el subsuelo; en 2022 se tiene que escarbar 2.5 metros para tener una fuente de agua, de acuerdo con la visión del biólogo Vicente Castro, esto parecería común, pero no lo es, se trata de los efectos del cambio climático de forma directa, tal es el caso del nivel de lluvia que también ha disminuido en los últimos 10 años, es decir, ahora cae menos agua.
Desde la perspectiva del científico chiapaneco, se debe hacer varias cosas, iniciar con un Plan de Acción Climática Municipal, Plan Hídrico Municipal para garantizar el abasto de agua en el municipio, del cual no se tiene nada trabajado, pues afirmó que el Coapatap fue consultado en este rubro y desde el Comité de Agua respondieron que no cuentan con ese instrumento de información porque no les compete el tema a ellos, afirmó Castro Castro.
Del mismo modo dijo que Tapachula debe ajustarse al plan Emergente de Ciudades Sostenibles y finalmente fortalecer a las dependencias del ramo ambiental en los tres órdenes de gobierno, con recursos para dar sostenibilidad a los organismos derivados de las dependencias para realizar investigación de prevención.
Finalmente, Vicente Castro expuso varias acciones inmediatas para hacer frente al cambio climático que ya golpea a la región, en especial a Tapachula y otros municipios:
- Incremento de la cobertura vegetal.
- Restauración de cuencas hidrográficas.
- Conservación de las Áreas Naturales Protegidas.
- Tratamiento efectivo de las aguas residuales.
- Monitoreo en la calidad del aire.
- Manejo sostenible y adaptativo de la Zona Costera.
- Refugio para la conservación y recuperación de la fauna silvestre.
- Vivero de especies nativas.
- Manejo integral de residuos sólidos.
- Presencia efectiva de autoridades ambientales.
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El biólogo aseguró que en ese sentido el Programa Federal de Sembrando Vida es bueno, pero se necesita medir y sobre todo evaluar su efectividad, por lo que la academia espera que los resultados sean los esperados.