En medio de la zozobra y el temor transcurre este día martes para los casi tres mil integrantes de la caravana migrante que se encuentra en Huixtla, Chiapas
Y es que desde anoche corrían rumores de que los elementos de la Guardia Nacional y el Instituto Nacional de Migración podrían ingresar en cualquier momento al domo del barrio Guadalupe, en donde en un principio se asentaron al arribar.
Ante esto, el grupo migrante se dirigió hacia el centro de la ciudad buscando la Iglesia de San Francisco de Asís, en donde mujeres y niños fueron cobijados por el párroco Heimman quien les abrió las puertas, mientras los hombres se quedaron en las banquetas vecinas para pernoctar.
Lee también: Comunidad LGBTTTI que viaja en la caravana migrante denuncia discriminación
Por la mañana el grupo migrante fue despertado por el silbato del tren. Ante lo cual muchos de ellos, en su mayoría centroamericanos exclamaban con júbilo ¡La bestia! ¡La bestia! Tal y como se le conoce al ferrocarril que por años hasta el 2005 sirvió de medio de transporte a miles de migrantes desde la frontera sur.
Luego conforme el paso de las horas el calor incrementó y el contingente buscó ir a bañarse al río Huixtla, que aunque estaba revuelto por la lluvia del día lunes refrescó por algunos instantes a los extranjeros.
Fue al regresar al lugar cuando les avisaron que debían movilizarse hacia el domo del Barrio Guadalupe porque en la zona de la iglesia ya había mucha gente, además que allá llegarían otros grupos benefactores que les llevarían alimentos y agua.
No había trascurrido ni siquiera una hora, cuando los migrantes nuevamente fueron alertados del acecho de los elementos federales del INM y GN.