La caravana que descansó el día de ayer en el ejido de Álvaro Obregón, el día de hoy volvió a tomar la carretera costera de Chiapas con la intención de llegar al centro y norte del país en busca del sueño americano.
El contingente comenzó a caminar desde las cinco de la mañana con la intención de llegar al municipio de Huehuetán, lugar en donde se espera que descansen en su travesía hacia los Estados Unidos y continúen su viaje.
Hasta este punto, la caravana ha avanzado más de 27 kilómetros y les falta más de mil para llegar a la Ciudad de México, para después continuar su camino a la frontera norte del país.
Este es el segundo día que el éxodo masivo de 7 mil migrantes de diferentes nacionalidades camina por la carretera internacional que comunica a Tapachula con el centro y norte del país.
Miguel Ángel Hernández, originario de Venezuela, con el rostro cansado, habló para Diario del Sur y expresó que es complicado avanzar de esta manera debido a la cantidad de niños y mujeres que integran este éxodo masivo, “Vamos avanzando muy despacio, pero se entiende por la cantidad de niños y mujeres que integran este éxodo migrante con el único propósito de llegar a los Estados Unidos”, dijo.
Añadió que caminarán los kilómetros que sean necesarios para llegar a su destino final, por el que dejaron su país en busca de una mejor oportunidad de vida para sus familias que se quedaron en Sudamérica.
María Robledo, originaria de Honduras y que viaja con sus dos hijas, comentó que a su esposo lo mataron los maras y por eso decidió huir con sus hijas para estar lejos de los pandilleros que no los dejan vivir en paz en su país.
“En la caravana van muchos migrantes de Honduras que están saliendo del país debido a los asesinatos, extorsiones y toda la violencia que generan las maras en nuestro país desde hace muchos años, sin que las autoridades hagan algo para protegernos”, expresó.
Puntualizó que seguirán caminando y pedirán al Instituto Nacional de Migración que les dé un permiso para poder transitar por territorio nacional sin miedo de ser detenidos y regresados a su país, donde sus vidas corren mucho riesgo.