Por diversos motivos Carlos Girón López decidió dejar de prestar sus servicios en el Ejército Mexicano, en Toluca, Estado de México. Ahí trabajó por un tiempo de 10 años en el área de transmisiones. Después emigró a Guadalajara para buscar un trabajo, lamentablemente no lo encontró y se dedicó al acomodamiento de carros.
Platica para Diario del Sur que en ese lugar sufrió un accidente que cambió dramáticamente su vida y lo llevó a estar en coma por seis días. Después de despertar del coma y salir milagrosamente vivo, aunque con varias secuelas, decidió regresar a Tapachula de donde es originario.
En esta nueva etapa de su vida Girón López se encontró enfrentando un nuevo desafío: la necesidad de ser valiente y dedicado para reconstruir su vida desde cero con el uso de muletas. Ha experimentado una transformación de vida que lo ha llevado, desde los campos de batalla, hasta el desafío diario de la supervivencia.
Sin familiares cercanos y con recursos limitados, resaltó que se vio obligado a encontrar una manera de sobrevivir por sí mismo; con determinación y coraje decidió dedicarse al cuidado de automóviles para ganar algunas monedas y poder subsistir.
Ahora, Carlos pasa sus días cuidando autos en las calles, cerca de la Clínica del ISSSTE. A pesar de las dificultades y los obstáculos que enfrenta, mantiene viva su fuerza interior y su espíritu indomable.
Su historia es un testimonio conmovedor de resistencia, adaptabilidad y perseverancia en medio de la adversidad.
A pesar de los desafíos que ha enfrentado, Carlos Girón López sigue siendo un ejemplo de resiliencia y determinación para todos los que tienen el privilegio de conocerlo.
Carlos Girón López es más que un sobreviviente, es un símbolo de esperanza y fortaleza en tiempos difíciles. Su historia nos inspira a nunca rendirnos y a seguir adelante, incluso, cuando los desafíos parecen insuperables.