En el año 2023, se registraron aproximadamente 10 accidentes en el tramo carretero que conecta Tapachula con Puerto Madero, dejando al menos 14 heridos y tres personas fallecidas, la mayoría de ellas automovilistas, incluyendo conductores del transporte público.
Para las miles de personas que transitan diariamente por este tramo de aproximadamente 29 kilómetros, con un tiempo estimado de recorrido en vehículo de unos 32 minutos, la situación se ha vuelto preocupante. La falta de atención por parte de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), que considera esta vía como parte de su jurisdicción federal, ha llevado a que sea conocida entre los conductores como la "carretera de la muerte", debido a los constantes accidentes que ocurren en ella, involucrando a vehículos pesados, unidades del transporte público, motociclistas y peatones.
La lente de Diario del Sur recorrió la zona saliendo de la 4ª Sur Prolongación, a la altura del Estadio Olímpico de Tapachula, y se pudo observar el mal estado de la carretera. Además, se nota la falta de delimitación de carriles, lo que lleva a varios conductores a rebasar imprudentemente, aumentando el riesgo de colisión. El exceso de velocidad es otra preocupación, con muchos conductores circulando a más de 140 kilómetros por hora, lo que hace casi imposible evitar un accidente.
Por la tarde-noche, la situación empeora debido a la escasa iluminación, especialmente afuera del Aeropuerto Internacional de Tapachula y en el entronque con la carretera a Jaritas, donde la oscuridad es total, a pesar de ser una conexión importante entre el municipio de Suchiate y Tapachula.
Según las autoridades, la Guardia Nacional de la División Caminos ha identificado los puntos críticos donde se originan los accidentes, como la entrada al Hospital General de Tapachula, el ejido Los Toros y el crucero de Cuatro Milpas. En estos lugares, muchos conductores manejan bajo los efectos del alcohol, no mantienen sus vehículos en buenas condiciones mecánicas y desconocen los límites de velocidad.
Al entrevistar a los residentes locales, Guadalupe García expresó su preocupación por la seguridad de los peatones, especialmente los ancianos, quienes corren un alto riesgo de ser atropellados en esta peligrosa carretera. Por otro lado, Ezequiel Olivares Juan destacó la necesidad de medidas adicionales de seguridad, como la instalación de boyas reductoras de velocidad, para mitigar el riesgo de accidentes y garantizar la seguridad de todos los usuarios de la carretera.