Al inicio de su mandato, el alcalde Óscar Gurría Penagos decidió remodelar una caseta de policía, una obra que resultó ser una inversión innecesaria debido a la mala ubicación de la caseta. Esta estructura fue construida hace varios años para resguardar a un elemento policiaco, ya que en ese entonces la seguridad del fraccionamiento Los Laureles llegaba hasta ese punto.
Con el crecimiento de la colonia, la caseta quedó en medio de un boulevard, situación que ha provocado varios accidentes con daños materiales valorados en miles de pesos. La ubicación inapropiada de la caseta ha generado múltiples reclamos por parte de la población afectada.
Ante las constantes quejas y los accidentes registrados en ese sector, se ha dado a conocer que en las próximas horas la caseta será demolida para evitar más percances. Además de la cuestionable remodelación, la caseta nunca contó con elementos de seguridad asignados para el resguardo de la colonia.
La decisión de invertir recursos en una infraestructura mal ubicada y la falta de efectivos policiales en la zona reflejan una gestión deficiente que ha tenido consecuencias negativas para la comunidad de Los Laureles. Por su parte, habitantes del fraccionamiento Los Laureles informaron que este martes iban a demoler la caseta. Sin embargo, debido a la presencia de un poste de energía eléctrica, los empleados que operaban la retroexcavadora no realizaron el trabajo.
Asimismo, se dio a conocer que policías de proximidad solicitaron a la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana Municipal que les entregara las llaves de la caseta para que ellos pudieran vigilar, pero les fue negado. Esto, debido a que en ese lugar se han registrado varios accidentes por la mala planificación de la reconstrucción de la caseta de vigilancia de la policía municipal.