En los últimos años, la producción de árboles maderables ha disminuido 75 por ciento por falta de apoyos gubernamentales, y es que de un proyecto de 5 mil hectáreas contemplado en los municipios de Tapachula, Cacahoatán, Tuxtla Chico, Unión Juárez, Tuzantán y Huixtla, solo quedan mil 250 hectáreas.
El presidente de la asociación de Agrosilvicultores de Chiapas, Pablo Tomassini, afirmó que impulsan un trabajo coordinado con los productores de café para establecer en sus terrenos una combinación de plantaciones de café, con árboles maderables, para el desarrollo de sombra en los plantíos y sobre todo como una alternativa para obtener recursos.
Dijo que en época de crisis económica, como la que están pasando ahora por la pandemia del Covid-19, sería factible que aprovecharan la venta de sus productos maderable como la Primavera y el Cedro Rojo, para sostenerse económicamente, pero las autoridades también han negado la factibilidad del uso de sus terrenos para las plantaciones forestales.
Detalló que la agrosilvicultura es una redituable para algunos productores que se han dedicado al cien por ciento en el manejo de árboles para diferentes fines, entre ellas, plantaciones de rápido crecimiento como le melina o el mundani, y es que el mercado es específico y constante
El entrevistado agregó que los agrosilvicultores van de la mano con el impulso de la SEMARNAT, quien es la dependencia que regula esta actividad, y que los apoya a través de establecimiento de plantaciones forestales, programas de manejo de los bosques y en las comunidades, y en organizar esquemas de siembra y producción.
Puntualizó que es necesario que los productores de café y otros cultivos que requieren de sombra, se involucren para aprovechar tanto sus cultivos como la madera, como ya se ha logrado con los pocos productores que se mantienen en esta actividad.
Mencionó que el principal problema que enfrenta este cultivo es la sequía, pero en la medida que se siembren más árboles es como se pueden regular de mejor manera las lluvias, por ello invitó a la sociedad en general, a que participen en campañas de reforestación para recobrar la población de árboles que se han perdido a causa de la deforestación indiscriminada.