Se acabó la espera. El único resquicio de esperanza que quedaba para la familia Zacarías se cumplió. Esta tarde de viernes arribaron los restos de su querida Dámaris, una de las 16 víctimas de la matanza en Camargo, Tamaulipas.
¿Ahora quién te va a bañar ? Le cuestiona incrédulo don Gerardo a la pequeña “foxy”la perrita que todos los días compartía cama con la hija que ahora está en el descanso eterno, dentro de un ataúd proveniente de México.
El padre de la víctima navega entre recuerdos y relata que su hija se fue viva, con anhelos de sacar delante a su familia. A los pocos segundos naufraga, soslaya hacia la caja fúnebre y cae en la cuenta que el sueño se convirtió en una pesadilla. Es la realidad que vive esta familia de la pequeña ciudad de Catarina, a 65 kilómetros de la frontera con México.
Tuvieron que pasar 48 días para que la espera terminara. La única ilusión de los entristecidos padres y hermanos, era por lo menos tener la oportunidad de velar a la viajera. En el suelo de la humilde vivienda hay polvo y confeti. Dámaris fue recibida con un festín, tamales y pan.
Afuera, en la calle, la municipalidad ha improvisado una carpa con sillas. Allí rinden culto y oran por el eterno descanso de la chica de 22 años, profesionista con bachiller industrial terminado y perito con especialidad en computación.
El padre pierde la secuencia en lo que articula. Trata de darse a entender pero no puede. No hay título para la cruel historia que les ha tocado vivir. “Se fue viva per regresó muerta, ahora tofo queda en manos de Dios, la vamos a sepultar el domingo para que podamos honrarla este fin de semana, queremos estar con ella y despedirnos bien”, señaló.
“Agradecemos al gobierno mexicano y guatemalteco por haber traído a mi hija y a los seres amados de nuestros demás compañeros de duelo, ojalá se haga justicia, ojalá se esclarezca esta situación y no quede en el olvido, porque son vidas inocentes que sólo buscaban mejores cosas para ellos y nosotros”, expuso el desconsolado padre.
Doña María, la madre de Dámaris, ha preferido no hablar. Dice que siente un nudo en la garganta que se lo impide. Al mejor movimiento de algunos de los visitantes al velorio, les pide que no se marche,. No quiere estar sola con su hija, presiente que romperá en llanto y no habrá control alguno .
Paola Dámaris Zacarías Gabriel ha regresado a casa en una caja de muerto. La escena tiene estupefactos a propios y extraños, la recuerdan con cariño y cómo una jovencita tranquila, lejos de todo problema.
Ya la vamos a ver, porque todos nos vamos a morir pues
“Ya la vamos a ver, porque todos nos vamos a morir pues”, sentencia su padre. Los 16 cuerpos de las víctimas guatemaltecas muertas en Tamaulipas arribaron este viernes a las 7:30 horas al Aeropuerto La Aurora, en la Ciudad capital de Guatemala.
Después todos se encaminaron hacia su hogar, en Comitancillo y Catarina, por carreteras destrozadas que les llevó siete horas de traslado hacia el departamento de San Marcos. Las víctimas de Camargo son una fría radiografía de la situación a la que se enfrentan cientos de migrantes centroamericanos que cruzan de manera ilegal a México en busca de trabajo y mejores condiciones de vida.