Tapachula, Chiapas.- Al menos 30 viviendas de la colonia Didier Cruz Fuentevilla, están presuntamente en un peligro constante, reportan los habitantes que enormes árboles de mango, cocotales y bambús, temen que se derrumben en sus techos, patios y cocinas, ya que se encuentran inclinados hacia las casas, y aunque han pedido la intervención de Protección Civil, no se ha hecho nada.
En presentación de los colonos, Martha "N", explicó que una hilera de viviendas que se encuentran en la calle Costa-Soconusco de esta colonia ubicada al sur poniente de la ciudad, colindan con una barda que sirve para delimitar un terreno privado, donde el dueño no se ha hecho responsable de deforestar los árboles que amenazan cada vez más a las familias.
Argumentó que han intentado hablar con el dueño de este terreno que también colinda con el Colegio de Bachilleres de Chiapas plantel 08, y les han dicho que el propietario es supuestamente el ex gobernador Patrocinio González Garrido, pero el encargado no ha hecho el intento de escucharlos, en cambio los amenaza si derraman por cuenta propia estos árboles.
Hay versiones en que los vecinos han pagado para que se haga la labor del corte de estos árboles, pero los trabajadores han sido supuestamente amenazados con armas de fuego por lo cuidadores del predio, por ello, las familias se sienten frustradas, porque no encuentran la solución a esta problemática.
Los vecinos mencionaron que, el riesgo se multiplica en cada temporada de lluvias, pues en los últimos días, los tallos de bambú han caído en las techumbres de láminas y han causado daños económicos a las familias, sin que el dueño o el encargado del predio se haga responsable, por ello pidieron la intervención de las autoridades de protección civil.
Dio testimonio de las veces en que la fauna nociva se ha introducido a sus viviendas provenientes de este predio, mostraron fotografías de tarántulas, mazacuatas y coralillos que han encontrado en sus estanques y habitaciones, donde ha intervenido el cuerpo de bomberos para brindar auxilio.
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Lamentó que los niños, adultos mayores y las mujeres que permanecen en casa estén con el “Jesús en la boca” todas las veces en que se avecina una tormenta, porque saben que estos árboles en cualquier momento podrían desprenderse y ocasionar daños mayores que podría derivar en una desgracia.