El cacao, ese delicioso fruto que hoy endulza paladares alrededor del mundo, tiene sus raíces profundamente arraigadas en la historia milenaria de México. Se cree que el cacao llegó a estas tierras gracias a las migraciones y los intercambios comerciales entre las antiguas sociedades de América del Sur y Mesoamérica.
Los primeros vestigios de esta semilla en México datan de entre el 1900 y 1800 a.C., descubiertos en sitios arqueológicos en Chiapas y Veracruz. Desde sus inicios, el cacao fue más que un simple alimento; para las culturas prehispánicas, fue un símbolo de riqueza, poder y divinidad.
Durante el apogeo de las civilizaciones mesoamericanas como los olmecas, mayas y aztecas, el cacao se consideraba un regalo de los dioses. Su importancia era tal que se utilizaba en rituales religiosos y ceremoniales, y sus semillas secas y tostadas se empleaban como moneda de cambio. Este uso ceremonial y económico del cacao perduró a lo largo de los siglos, y su valor no se limitaba solo al ámbito cultural; también era apreciado por sus propiedades medicinales y su potencial energético, atributos que lo convirtieron en un bien preciado tanto en lo cotidiano como en lo ceremonial.
Con la llegada de los españoles a América en el siglo XVI, el cacao se convirtió en uno de los primeros productos americanos en ser llevado a Europa. Aunque al principio su consumo no fue ampliamente aceptado entre los europeos, pronto se popularizó y se adaptó a las preferencias locales, especialmente cuando se mezcló con azúcar y especias. Para el siglo XVII, el chocolate caliente se había convertido en una bebida de moda en las cortes europeas, donde se valoraba tanto por su sabor como por sus supuestas propiedades curativas y energizantes.
¿Cuánto cacao se produce en Chiapas?
En el ámbito económico, el cacao fue un motor importante del comercio colonial. Las plantaciones de cacao proliferaron en las regiones tropicales de América, donde las condiciones climáticas eran ideales para su cultivo. México, con su diversidad climática y geográfica, se convirtió en uno de los principales productores de cacao en el continente. En lugares como Tabasco y Chiapas, el cacao no solo se cultivaba en gran escala para exportación, sino que también se valoraba localmente como un símbolo de identidad cultural y un medio de subsistencia para muchas comunidades indígenas.
Hoy en día, el cacao sigue siendo una piedra angular en la economía agrícola de México. En el año 2020, México produjo un total de 29,428 toneladas de cacao, cultivadas en una superficie de 58,598 hectáreas. Los principales estados productores son Chiapas con 10,282 toneladas, Guerrero con 288 toneladas, y Tabasco con 18,857 toneladas. El cacao mexicano, conocido como "Cacao Grijalva", es valorado por su calidad y es utilizado en diversas industrias alimentarias, farmacéuticas y cosméticas.
La Biodiversity International, organización dedicada a la investigación agrícola sostenible, ha reconocido al cacao chiapaneco como uno de los mejores del mundo. En 2021, el cacao de Finca La Rioja en Cacahoatán destacó en un evento internacional que premia la calidad de las cosechas, compitiendo con 253 opciones de 53 países distintos. Este reconocimiento subraya la diversidad de sabores y la calidad excepcional del cacao mexicano.
Sin embargo, el futuro del cacao en México enfrenta desafíos significativos. La enfermedad conocida como moniliasis amenaza más de 17,000 hectáreas de cultivos de cacao en 28 municipios de Chiapas, debido a la desaparición del Programa Sistema Producto Cacao que solía combatir estas plagas. A pesar de estos desafíos, se están llevando a cabo esfuerzos para rescatar y preservar las variedades criollas tradicionales de cacao en el estado. De acuerdo a los datos del Centro de Agroecología San Francisco de Asís (CASFA) a través de viveros distribuidos en más de 1,300 hectáreas y gestionados por más de 600 productores de las regiones Soconusco y Sierra, se asegura la conservación de recursos naturales y la producción de alta calidad demandada tanto a nivel nacional como internacional.
La guardiana del cacao en el Soconusco
Doña Demetria Gutiérrez Rendón, es considerada la guardiana del cacao nativo del Soconusco. Es propietaria de la Finca El Paraíso, ubicada en el ejido Álvaro Obregón, a unos 30 kilómetros de Tapachula, lugar que de generación en generación se han dedicado al cultivo, preservación y conservación del cacao nativo del Soconusco.
Gracias a la calidad de su semilla, ha logrado comercializar su cacao en mercado internacionales, como Francia y Bélgica, además de que ha logrado darle un valor agregado con la elaboración de chocolate, cuyo producto se ha posicionado en los paladares más exigentes del mundo
Tuxtla Chico, un referente internacional del chocolate chiapaneco
Tuxtla Chico, es uno de los principales productores de cacao del país, hay dos cosechas por año. Este municipio cuenta con una leyenda en la preparación del chocolate, doña Chepi Laparra.
Un arte aprendido de generación en generación, su delicioso chocolate artesanal traspasa fronteras y ha representado a México en eventos internacionales realizados en Italia y en Francia, siendo visitadas por miles de turistas que buscan de una buena experiencia gastronómica.