Para don Eleazar Ruiz Martínez y su familia, limpiar la playa de San Benito no es una carga, sino un gusto y una obligación moral por el bien de todos y del medio ambiente.
“Lo hacemos por gusto, para que la playa esté bonita y limpia; lo hacemos con nuestros propios recursos y para que todos estemos felices”, manifiesta el habitante porteño.
Los desechos orgánicos e inorgánicos lo levantan con las manos, pero también usan escobas y se ayudan con una carreta jalada por un caballo, para echar los objetos y materiales que recogen a su paso.
Don Eleazar dice que es necesario que toda la sociedad sea más limpia y tenga una cultura de cuidado al medio ambiente, pues en temporada de lluvia la basura que tiran en la ciudad, en la zona norte, viene a desembocar a las lagunas, esteros y playas, lo cual da mal aspecto, pero también puede ser un foco de infección para los lugareños y visitantes.
Plática que, salir a limpiar la playa es una labor altruista, que además de contribuir al cuidado de nuestros recursos naturales, sirve de convivencia para toda la familia, ya que aprovecha al final para comprarles algo que puedan comer y disfrutar, todos juntos.
Considera que los habitantes de la ciudad, en sus colonias y comunidades no están cuidando el medio al ambiente, porque después de las lluvias, basura y todo tipo de desechos llegan a parar a la zona baja, a las playas de Tapachula.
Señala que algo deben hacer las autoridades para vigilar y evitar que la gente tire la basura a las calles. Su trabajo como triciclero le ha dado la oportunidad de apreciar cómo se ve un lugar con basura y sucio, y como cambia radicalmente su aspecto, al haber orden y limpieza.
“Mucha gente aprovecha cuando está lloviendo, tirar la basura a las corrientes de las calles. Hace falta mayor recolección de basura en la ciudad, no hay donde tirarla y lo más fácil para muchos es tirar la basura a la corriente”, añade.
Don Eleazar y su familia, todos los fines de semana van a San Benito a realizar la limpieza de la playa, dice que lo seguirán haciendo sin que nadie les pague o les reconozca su labor, ya que “es por amor y cuidado de nuestra tierra y sus recursos naturales”.