Con fervor religioso, fe y devoción, decenas de fieles católicos de Tapachula participaron en la procesión con motivo del Corpus Christi, celebración que se realiza 60 días después de la Pascua, la cual estuvo encabezada por el obispo, Jaime Calderón Calderón.
Los fieles, la mayoría de vestidos con ropas blancas símbolo de la solemnidad y alegría caminaron desde el Santuario Diocesano de la Villita de Guadalupe hacia la Catedral de San José, quienes con alabanzas dieron adoración a Cristo.
Durante el recorrido por las calles, ensalzaron el cuerpo sacramentado de Jesús y en cuya custodia o también llamada ostensorio que es la pieza de metal precioso, se coloca la hostia consagrada, el cuerpo de Cristo, para la adoración de los fieles.
En la misa solemne en el santuario diocesano La Villita de Guadalupe, el obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón, recordó a los fieles que Jesucristo está presente de forma viva y real en la Eucaristía, por ello es necesario congregarse para adorar el Santísimo Sacramento en las iglesias y en procesiones.
Dijo que Cristo Jesus resucitado es la garantía de la redención, por lo que es necesario adorarle y agradecer por su sacrificio pecho en la cruz del calvario en favor de toda la humanidad.
"Corpus Christi es una fiesta litúrgica donde se ensalza el cuerpo sacramentado de Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, que habita entre nosotros y que, en la constitución del sacramento de la Eucaristía, nos dejó su compañía", abundó.
Cristina Pérez, fue una de las fieles que acudió a participar de la Santa Eucaristía, indicó que hay muchas razones por las cuales agradecer a Dios, pero la mayor es por la vida de su hijo a favor de la humanidad.
"Esta celebración es la oportunidad para adorar y agradecer a Dios por el regala de la redención, lograda por el cuerpo y la sangre de Jesús que fue vertida en la cruz por el perdón de los pecados de todo el mundo", abundó.
Indicó que participar en la procesión mientras se lleva el Santísimo Sacramento en custodia a través de las calles es una muestra de fe y devoción, de solemnidad en la que reconocen que Jesús es el hijo de Dios
Cabe hacer mención que esta festividad se remonta al siglo XIII, momento en que se llevó a cabo un festejo especial para rendirle un homenaje al cuerpo de Cristo. La petición y organización estuvo a cargo de Santa Juliana, a quien se le concedió el permiso especial.