De acuerdo con el reporte de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) correspondiente al 2023, Chiapas está entre los tres primeros lugares con la mayor tasa de informalidad laboral entre su población económicamente activa.
El primer lugar es ocupado por Oaxaca con 81.5 por ciento, le sigue Guerrero con el 77.4 por ciento y Chiapas está en tercer lugar con el 75.5 por ciento, estados donde su población se emplea en el sector informal.
Sin embargo, los resultados del informe son más críticos al analizar la encuesta por ciudad, en donde Tapachula ocupa el 4o. lugar entre las ciudades con la mayor tasa de informalidad laboral entre su población.
El informe detalla que en Tapachula el 55.4 por ciento de la población ocupada laboralmente lo hace en el sector informal, sólo por debajo de ciudades como Tlaxcala con 67.6 por ciento, Acapulco con 62 por ciento y Oaxaca con 58 por ciento.
La población económicamente activa en Tapachula en el 2023 alcanzó los 201 mil 258 personas, de los cuales el 95.9 por ciento reportaron algún tipo de ocupación, lo que equivale a 193 mil 006 personas, sin embargo, de esta cifra, 106 mil 925 se encuentran en la informalidad.
La ENOE del INEGI revela que la situación en Tapachula es cada vez más crítica, ya que de la población económicamente activa el 58.9 por ciento, que equivale a 118 mil 540 personas, se encuentra en una tasa crítica laboral, es decir son personas que son subocupados, ocupados que laboran menos de 15 horas a la semana y personas en condiciones críticas de ocupación.
Sin fuentes de empleo, informalidad única opción en Tapachula para tener recursos
Ante la crisis económica que enfrentan las familias y por la falta de oportunidades laborales en el sector empresarial en Tapachula, familia han encontrado en el comercio informal la única alternativa para llevar sustento a sus hogares.
Jorge Echeverría Cruz, secretario general de pequeños comerciantes de la CNOP, dio a conocer que al no haber inversión pública ni privada que permita a las personas en edad laboral emplearse, el número de vendedores en la vía pública ha aumentado.
Dijo que al no haber un trabajo formal, las personas se ven obligadas a dedicarse a la informalidad a través de la venta de productos en la vía pública, ya que si tienen familias, tienen que contar con recursos para subsanar las necesidades básicas en sus hogares.
"No hay oportunidades laborales, muchos jóvenes estudian y no encuentran trabajo y no les queda más que seguir con el negocio informal de sus familias, de ahí la importancia de este sector en la economía de las familias", afirmó.
Señaló que tan solo en el primer cuadro de la ciudad se puede observar un número importante de personas que se dedican a la venta informal, aunado a la presencia de los migrantes, lo cual no se veía en años anteriores.
"Es tan fácil de ver cómo ha crecido el comercio informal, si vamos al centro de la ciudad en todas las calles observamos cómo las personas a través de la venta de frutas, ropas, accesorios, aguas frescas, verduras, entre otros, buscan obtener recursos", abundó.
Lamentó que el gobierno federal se haya olvidado de la frontera sur, ya que no hay inversión en la zona, además son muy pocas las empresas que vienen a instalarse y las que llegan no brindan las condiciones adecuadas a los trabajadores.
“No vemos ningún beneficio para para migrar a la formalidad”
Julio Mérida es comerciante y líder de vendedores ambulantes desde hace más de 35 años, y es que ha encontrado en este sector la única fuente de ingresos para sacar adelante a su familia.
Desde hace más de tres décadas vende sus productos en una de las calles aledañas al parque central y aunque ha sido exhortado a migrar de la informalidad a lo formal, no ve ningún beneficio en esta transición.
Reconoció que hace años fue exhortado por las autoridades a darse de alta ante la Secretaría de Hacienda, sin embargo, considera que de nada sirve, si al final lejos de mejorar sus condiciones económicas se verán empeoradas por el pago de impuestos.
"Para nosotros es más factible ser vendedores ambulantes porque no pagamos impuestos, por lo que los pocos ingresos que obtenemos por la venta de nuestros productos van completos para subsanar nuestras necesidades básicas, además estar dado de alta en Hacienda no genera ningún beneficio", acotó.
Indicó que al vender en la vía pública se evitan además del pago de impuestos, la renta de locales, pago de luz y agua, entre otros rubros, ya que afortunadamente son "tolerados" por las autoridades para realizar su actividad.
"Nosotros de acá hemos sacado adelante a nuestra familia y le hemos dado estudios a nuestros hijos. Si bien se sufre al soportar el sol, agua y demás condiciones climáticas, pero lo importante es llevar el sustento a casa", sentenció.
Pandemia y migración han disparado el comercio informal
José Arturo Rojas Cárdenas, secretario de Servicios Públicos de Tapachula, dio a conocer que la pandemia del Covid-19 y el ingreso masivo de migrantes han disparado el comercio informal en la ciudad.
Detalló que hasta hace un par de años había en el primer cuadro de la ciudad alrededor de 500 vendedores en la vía pública, y tras estos dos factores oscilan entre los 800 y mil puestos ambulantes.
Subrayó que han sido muy respetuosos de quienes por años se han dedicado a esta actividad comercial, ya que están conscientes de que es la única forma de ingresos para las familias.
Sin embargo, el funcionario municipal enfatizó que esto no significa que no pongan orden, ya que se han emprendido acciones de regularización y de ordenamiento para evitar el crecimiento desmedido de negocios en la vía pública.
"No estamos en contra de que las personas se ganen la vida, pero sí atendemos el desorden, ya que muchas personas que hace años se les dio un espacio para vender han agrandado sus lugares o bien hay pseudolíderes que engañan a las personas con la venta de supuestos permisos o espacios", añadió.
De 50 a 400 pesos pagan los migrantes por espacios
En Tapachula, los vendedores ambulantes pagan desde los 50 a 400 pesos por vender en la vía pública, de acuerdo al espacio que ocupen, esto conforme a la Ley de Ingresos, cuyos recursos van a la tesorería municipal.
El secretario de Servicios Públicos, José Arturo Rojas Cárdenas, remarcó que son alrededor de 400 vendedores ambulantes que están regulados, ya que la mayoría están agremiados a los sindicatos.
Subrayó que en el caso de los vendedores ambulantes empadronados en los sindicatos, son estás agrupaciones los que se encargan de los espacios y el cobro de las cuotas de los negocios en la vía pública.
"Conforme a la ley de ingresos nosotros hacemos el cobro que va de los 50 hasta los 400 pesos, pero normalmente aquellas personas que se encuentran empadronadas en un sindicato, es el sindicato el gestor directo de los permisos y el que administra los espacios para los mismos", remató.
