Desde el descubrimiento del primer caso de sida en México en 1983, según Censida, el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) se ha convertido en uno de los mayores retos de salud pública en el país. A pesar de los avances en prevención y tratamiento, el aumento en el número de casos detectados en los últimos años refleja una situación preocupante que requiere atención urgente y estrategias más efectivas.
El VIH se transmite a través de ciertos fluidos corporales, como sangre, semen, líquido preseminal, fluidos vaginales, rectales y leche materna. Las prácticas de mayor riesgo incluyen:
- Relaciones sexuales sin protección (anales o vaginales).
- Uso compartido de agujas o equipos para inyectarse drogas
Aunque las campañas de prevención han logrado sensibilizar a parte de la población, las cifras de nuevos contagios muestran que aún existe un largo camino por recorrer en términos de educación y acceso a medidas preventivas.
Los síntomas del VIH
En sus etapas iniciales, el VIH puede provocar síntomas similares a una gripe, como fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza, úlceras bucales y sudoración nocturna. Sin embargo, muchas personas permanecen asintomáticas durante años, lo que complica la detección temprana y aumenta el riesgo de transmisión involuntaria.
Aumento de casos en México
De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, los casos de VIH han incrementado notablemente en la última década:
- En 2022 se reportaron 18 mil 12 casos, el registro más alto en la historia.
- Durante 2023, hubo 17 mil 739 casos.
- Solo en los primeros tres meses de 2024, ya se han contabilizado 4 mil 531 nuevos casos.
Entre 2018 y 2022, cuatro de los cinco años con mayores cifras de nuevos contagios ocurrieron durante la administración de Andrés Manuel López Obrador.
Estados más afectados por la epidemia de VIH
- Ciudad de México: 44 mil 399 casos.
- Estado de México: 32 mil 584 casos.
- Veracruz: 26 mil 080 casos.
- Jalisco: 18 mil 573 casos.
- Puebla: 13 mil 718 casos.
- Chiapas: 13 mil 711 casos. (Siendo puntos críticos municipios como Tapachula, San Cristóbal de las Casas y Tuxtla Gutiérrez, debido a su cercanía con rutas migratorias y alta incidencia.)
- Baja California: 12 mil 401 casos.
- Guerrero: 11 mil 188 casos.
- Nuevo León: 11 mil 36 casos.
- Yucatán: 10 mil 286 casos.
Poblaciones más vulnerables
El 82.01 por ciento de los casos registrados corresponde a hombres, con especial incidencia entre:
- Hombres homosexuales.
- Personas transgénero.
- Trabajadores sexuales y sus clientes.
- Personas que se inyectan drogas.
Elvira Madrid Romero, presidenta de la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez”, destaca que el 50 por ciento de los nuevos casos en regiones fronterizas como Chiapas se presentan en migrantes, lo que subraya la necesidad de estrategias binacionales para atender este problema.
Organizaciones como el Comité Humanitario de Esfuerzo Compartido Contra el Sida y la Red Mexicana de Personas que Viven con VIH/sida han señalado la falta de coordinación entre las instituciones de salud, lo que provoca interrupciones en los tratamientos y limita el acceso a servicios especializados fuera de grandes ciudades.
Además, han hecho un llamado al gobierno para replicar en otros estados los hospitales públicos de la Ciudad de México que ofrecen atención gratuita y servicios de prevención.
La respuesta inicial al VIH en México
En los años 80, bajo la dirección del Dr. Guillermo Soberón y el Dr. Jaime Sepúlveda Amor, México implementó medidas pioneras que incluyeron:
- Campañas masivas de prevención sexual y uso del condón.
- Prohibición de la venta de sangre y tamizajes obligatorios en transfusiones.
- Creación del Consejo Nacional para la Prevención y Control del Sida (CONASIDA).
Estas acciones iniciales marcaron un precedente en la lucha contra el VIH/sida, pero los avances logrados desde entonces han sido insuficientes frente al crecimiento sostenido de nuevos casos.
El aumento de casos de VIH en México refleja una combinación de factores, desde la falta de acceso a medidas preventivas y servicios de salud hasta la insuficiente educación sexual. Es imperativo reforzar las estrategias de prevención, detección y tratamiento, garantizando que lleguen a las comunidades más vulnerables.
Solo con un esfuerzo conjunto entre autoridades, organizaciones civiles y la sociedad se podrá contener la propagación del virus y brindar una mejor calidad de vida a quienes viven con VIH.