La política de extracción morenista, deja a este municipio colindante con Guatemala hundido en falta de alumbrado público, infraestructura de caminos en distintas comunidades, así como falta de apoyos para el campo por tres años estuvieron demandando campesinos de distintos sitios como Guillén, Izapa y otras zonas rurales.
Basta observar la ruta hacia Manuel Lazos, de donde es originaria la hasta ahora presidenta municipal, que está destrozada y sin rehabilitación desde que inició su administración, sin que exista un proyecto integral para recomponer este importante camino.
A unos días que concluya su mandato, Tuxtla Chico está convertido en una verdadera “cueva de lobo”, ya que las principales avenidas y calles de la cabecera municipal están en penumbras.
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Por varios meses habitantes de los barrios San Miguel, San José, Santiago y colonia centro, exigieron que se repararan las luminarias fundidas y averiadas que dejaron de funcionar.
La oscuridad generó que delincuentes hicieran de las suyas en varias viviendas de esta localidad, sin que la Policía Municipal pudiera menguar esta situación.
Y para colmo, los oficiales municipales entraron a paro laboral hace tres días, en exigencia de pagos atrasados de quincenas y condiciones laborales propicias para la salvaguarda de los pobladores.
La protesta quedó en promesa de cumplimiento de pagos de estas sueldos, pero al mismo tiempo empleados del departamento de Limpia Municipal se unieron a la huelga laboral ya que recibían desde el inicio de esta administración menos del salario mínimo, según revelaron.
Julio Gamboa, ganador a la alcaldía, recibirá una presidencia municipal en ruinas, tanto en índole de infraestructura como administrativa, por lo que la tarea será demandante para los próximos tres años en los que tendrá que demostrar si puede o no sacar adelante a este municipio.