Poco a poco los viejos y destartalados camiones del Tapachulteco bus dejaron de funcionar y hoy solo 11 unidades dan el servicio en los recorridos de las rutas Laureles Uno (Ruta 1) y Rastro (Ruta 4), sin embargo, ha trascendido que serán sustituidos a partir del 1 de agosto por los tradicionales colectivos.
De concretarse esta situación, quedaría enterrado el denominado gran proyecto del transporte en Chiapas con el uso de biodiesel, impulsado por Juan Sabines Guerrero, el cual desde su inicio siempre estuvo manchado por el engaño y la corrupción.
En Tuxtla Gutiérrez, este tipo de transporte denominado Conejo Bus inició actividades en enero del 2010, en Tapachula el Huacalero bus, posteriormente rebautizado como Tapachulteco bus lo hizo meses después, en los que se cambiaron las combis y microbuses por el moderno transporte que brindaba seguridad, comodidad y transporte digno a las dos principales ciudades de Chiapas.
La modernidad del Tapachulteco bus contempló sus unidades climatizadas, con tarjeta de prepago y choferes capacitados y certificados para las rutas 1 y 4 en Tapachula, en la que fueron sacadas de circulación 48 unidades tipo combis y microbuses que fueron canjeadas por 35 autobuses y en el que también se dijo, se beneficiaría no solo a usuarios y transportistas, sino a miles de campesinos que producirían el piñón o jatropa para generar el biodiesel.
La corrupción gubernamental de funcionarios de primer y segundo nivel afloró inmediatamente, incluyendo a transportistas que fungieron como gestores y que dejó muchos millones de pesos en bolsas de esos ex funcionarios entre los que se encuentran, Jorge Morales Messner, Giovanni Campos Amaya, José Tanus Piñasoria y en Tapachula, un transportista perredista, hoy productor agrícola que fue uno de los que promovió la compra de un terreno que serviría para albergar las unidades como taller y encierro, que finalmente quedó abandonado tras su adquisición.
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Sin embargo, la corrupción de funcionarios no solo ocurrió en el gobierno de Juan Sabines, sino que continuó con Manuel Velasco Coello, en el que muchos se vieron beneficiados con este proyecto que significaba erogaciones para el gobierno estatal y que por consecuencia se dejó en el abandono con unidades cada vez mas viejas hasta llegar al presente sexenio.
El Tapachulteco bus durante algún tiempo contó con sistemas de video informativos y culturales, recorridos sincronizados, acceso para el ascenso y descenso de personas con capacidades diferentes y de la tercera edad, monitoreo electrónico del recorrido, control de velocidad, conteo de ascenso y descenso, adecuación de vialidades y paraderos con iconografía propia.
Con las unidades del Tapachulteco bus ya muy maltratadas, la mayoría en desuso y con solo 11 unidades trabajando y dando un mal servicio, fue también afectado por normalistas que en últimas fechas habían tomado sistemáticamente sus unidades y reiterativamente sustraían bajo cualquier argumento de las unidades el recurso económico que recolectaban por el servicio para utilizarlas en sus actividades propias.
Debido al poco número de unidades con que opera actualmente el Tapachulteco bus, usuarios han externado su molestia ante la tardanza en el servicio, ya que tienen que esperar hasta más de 30 minutos en los paraderos para abordar los camiones.
De manera extraoficial ha trascendido que ante la desaparición de los tapachultecos bus se ha comenzado con el emplacamiento de las unidades (combis), las cuales cubrirán los mismos recorridos que tenía el Tapachulteco bus.
Ante este inminente escenario, choferes y demás personal que actualmente laboran están en incertidumbre, ya que desconocen si serán empleados como operadores de las combis, ya que hasta el momento no han sido notificados de manera oficial por los directivos de la empresa.
"Desconocemos que va a pasar con nosotros, hasta el momento no hemos sido notificados de que si seremos liquidados, mientras tanto, los pocos compañeros que quedamos, seguimos trabajando de manera normal", comentó uno de los choferes.