45 pesos el costo de la bolsa con diez hojuelas
30 años dedicados a la venta de este delicioso producto
DATO: Es un postre cuyo nombre se obtiene de su apariencia con las hojas, son preparadas con harina, azúcar, leche, manteca, huevos, sal y polvo para hornear; la mezcla es sumergida en aceite hasta que se vea ligeramente dorada
Lo que para otros estados del país es conocido como un buñuelo, este tipo de tortilla delgada y quebradiza de más o menos 50 centímetros de diámetro en Tapachula y la entidad se le conoce como hojuela, misma que no puede pasar desapercibida en la celebración conocida como la sentada del Niño Dios.
Esta golosina que se consume rociada de miel de abeja o una especial de color rojo con canela, se hace desde mucho tiempo atrás y acompañar con la fe en espera del Niño Dios quien traería nueva vida, amor y felicidad.
De las personas que se dedican a la elaboración y venta de las hojuelas quedan ya muy pocas; un claro ejemplo es en la colonia Benito Juárez en la 11a Sur, donde existe un establecimiento de más de 30 años dedicado a la elaboración de las tradicionales hojuelas.
Doña Rubidelia Hurtado Morales, dueña del negocio explica, que este oficio se los inculcó su señora madre y ha sido una herencia familiar, por ello, ha instruido a sus hijas para continuar con este oficio.
Más de 30 años con este negocio porque antes yo salía a vender a la calle, aquí donde estamos actualmente tenemos unos 20 cocinando y vendiendo estas deliciosas hojuelas
Rubidelia Hurtado Morales Propietaria del negocio de hojuelas
“De diciembre a enero es cuando más venta tenemos gracias a Dios, son dos meses buenos, pero el resto de los meses del año se sigue a vender, se llega a vender en buena temporada de 2 mil a 4 mil hojuelas”, expresó.
Menciona, que desde el mes de diciembre y hasta el dos de febrero Día de la Candelaria, esta golosina se vende en demasía, esto porque se llevan a cabo las sentadas del Niño Dios.
“Durante estos meses se preparan y venden hasta 30 kilogramos de harina, después baja, pero aún así se continúa vendiendo, ya que de aquí subsistimos varias personas”, agregó.
Y quien pensara que esta golosina es muy cara, no es cierto, ya que actualmente los precios de los productos que se usan para la elaboración son muy altos, aún así, se consigue el cien de hojuelas en 300 pesos.
Las famosas hojuelas de doña Rubidelia han sido adquiridas por personas que viajan desde varios estados del norte de la República y se llevan grandes cantidades de las mismas.
“Nuestras hojuelas las consumen personas de Cacahoatán, Puerto Madero, Tuxtla Gutiérrez, Tijuana, entre otros lugares, inclusive, hasta la gente que viene de paseo de Guatemala las compran y le gustan mucho”, recalcó.
Para elaborarlas también se las han ingeniado, debido a que los rodillos de madera con los que tradicionalmente se extiende la masa para dejar una tortilla delgadita ya no se consiguen en el mercado, por lo que usan las botellas de cerveza, las cuales son una buena herramienta.
El negocio de doña Rubidelia forma parte de un claro ejemplo familiar para salir adelante de la difícil situación económica y obtener recursos para subsistir.
“Este negocio es parte de nuestra esperanza de todos los años, a pesar que las personas que trabajamos aquí no tenemos un empleo formal o de gobierno, nos cae dinerito y salimos adelante, enfrentamos la dura situación”, apuntó.
La historia de los buñuelos y hojuelas parece que no es tan antigua como podemos pensar, aún así no se conoce con exactitud el origen de este dulce que en esta época adquiere mayor espacio en nuestra mesa.
Hay quien piensa que los buñuelos derivan de la palabra puñuelo, una especie de bola que los romanos amasaban con sus puños, otros piensan que la palabra proviene del francés beignet. Pero como sabemos que buena parte de los dulces de tradición tienen origen árabe, podemos quedarnos con esta procedencia en la historia de las hojuelas o buñuelos.
/GG