Los agresores sexuales nacen con esta enfermedad y desde siempre son delincuentes, debido a que sufren un grave trastorno de personalidad antisocial (psicopatía), dio a conocer la psicóloga Fabiola Díaz.
Indicó que el comportamiento sexual de los pederastas se proyecta de un modo desviado hacia objetivos sexuales inaceptables, como son los menores de edad, ya que estas personas nacen enfermos.
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Dijo que los pederastas prefieren formas antisociales de relación sexual, que les resultan más excitantes y no logran inhibir esos modos inapropiados y dañinos de obtener placer.
Señaló que tales preferencias probablemente se han generado y consolidado en el individuo a partir de la asociación repetida entre su excitación sexual (mediante autoestimulación u otras conductas sexuales) y estímulos infantiles (reales o a partir de pornografía o fantasías al respecto).
"Muchos pederastas consumen pornografía de modo regular, como mecanismo de excitación y masturbación; pornografía de agresión sexual o infantil, lo que recondiciona de modo constante su excitabilidad antisocial", abundó.
La especialista detalló que los padres de familia o cualquier persona responsable de menores de edad, debe poner atención a los niños y desconfiar de cualquier individuo que esté en contacto directo con los infantes, ya que lamentablemente este delito es generado por personas cercanas.
Puntualizó que es fácil de identificar cuando un menor de edad sufre abuso sexual o tocamientos por parte de personas adultas, principalmente porque hay un cambio en sus comportamientos, los cuales no deben pasar desapercibidos.
Reconoció que los principales síntomas son: no querer comer, tener pesadillas, aislamiento, no dormir, hacerse pipí en la noche, porque generalmente les da temor ante las amenazas de sus agresores e irá, entre otros.
"Es necesario que los padres de familia o cualquier persona a cargo de los niños tengan una comunicación constante con ellos, y decirles que no deben permitir que nadie toque sus cuerpecitos y es necesario redoblar la prevención ante el incremento considerable de la pederastia", sostuvo.
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Remarcó que entre los principales traumas que quedan en los niños que son abusados sexualmente son: traumas de ansiedad y de estrés muy fuerte e incluso con problemas de salud muy graves.
"Los niños que son abusados van a crecer con un odio a la humanidad y van a requerir años de terapias, para poder superar esta situación, e incluso, cuando sean jóvenes muchos pueden generar problemas de adicción y drogadicción que los puede llevar hasta atentar hasta contra su propia vida", acotó.