La región del Soconusco, ubicada en los límites entre México y Guatemala, es considerada como la cuna del cacao nativo o criollo, pues en esta zona se cultiva la mejor semilla de todo el mundo.
Doña Demetria Gutiérrez Rendón, es considerada la guardiana del cacao nativo del Soconusco. A sus 86 años de edad cuida de sus plantaciones de cacao como a la niña de sus ojos.
Te puede interesar: Productores de mango se unifican para elevar productividad
Es propietaria de la Finca El Paraíso, ubicada en el ejido Álvaro Obregón, a unos 30 kilómetros de Tapachula, lugar que de generación en generación se han dedicado al cultivo, preservación y conservación del cacao nativo del Soconusco.
Doña Demetria desde hace más 63 años ha liderado mil batallas junto con sus hijos para defender sus tierras y sobre todo sus plantaciones de cacao nativo o criollo de los desarrollos tecnológicos de este cultivo milenario.
Su rostro refleja el paso de los años, pero con una energía increíble mantiene su lucha por conservar sus plantaciones nativas en su terreno de 10 hectáreas con apoyo de sus hijos, nietos y bisnietos.
"El cultivo del cacao ha sido herencia familiar, ya que mis padres se dedicaban a esto y yo desde hace 63 años he sembrado plantaciones nativas y no he permitido injertos o plantaciones con mejoramiento genético", abundó.
Dijo que el cultivar el cacao nativo es una tradición milenaria que ha ido desapareciendo debido a las nuevas variedades que han surgido, sin embargo, estas no poseen la calidad en cuanto al sabor, aroma y demás propiedades organolépticas de las semillas.
Sus plantaciones nativas crecen a la sombra de inmensas ceibas, primaveras y árboles frutales, así como en medio de flores y toda esa biodiversidad que tan bien ha sabido mantener durante su larga vida, proporcionándole a su cacao un sabor único en el mundo.
"Nosotros mismos hacemos nuestro vivero y producimos nuestras mismas plantaciones, posteriormente la sembramos y cuidamos de ella sin usar ningún producto de agroquímicos, todo el proceso es de manera orgánica", narró.
Doña Demetria contó que ama sus plantaciones y a sus mazorcas con el mismo amor que a cada uno de los integrantes de su familia, ya que durante muchos años le ha permitido sacar adelante a sus hijos y obtener recursos para cubrir sus necesidades básicas.
Con su figura carismática contó que por su edad ya no tiene fuerzas para recorrer todos los días sus plantaciones, sin embargo, ha transmitido el amor y la pasión de este cultivo milenario a sus hijos y demás generaciones.
Gracias a la calidad de su semilla, doña Demetria ha logrado comercializar su cacao en mercado internacionales, como Francia y Bélgica, además de que ha logrado darle un valor agregado con la elaboración de chocolate, cuyo producto se ha posicionado en los paladares más exigentes del mundo.
Aun cuando a nivel nacional su dedicación a la conservación del cacao nativo no ha sido reconocida, su trabajo como “guadiana de la semilla de los dioses” ha dado frutos, ya que en el 2017 su producto logró obtener dos premios internacionales. En junio de 2017 obtuvo la medalla de plata The Academy of Chocolate Awards, cuyo concurso de presentación aromática fue realizado en Reino Unido, certamen dónde participaron 66 países.
Doña Demetria detalló que recibieron una invitación para participar en este certamen, cuya eliminatoria la realizaron en Nueva York, para posteriormente concursar en la etapa final en Londres, Inglaterra, auspiciada por la Academia del Chocolate del Reino Unido, donde fueron acreedores de la medalla de plata.
Participaron en la exposición con la tableta de chocolate "Demetria", Finca El Paraíso, elaborada con 71 por ciento de cacao de la citada finca y 29 por ciento de azúcar en la categoría de Bean to Bar de chocolate negro, que incluye todo el proceso desde su cultivo hasta su elaboración de este popular producto a nivel mundial.
"Fue algo maravilloso ganar este premio, porque fue el resultado del trabajo que se realiza generación tras generación en mi familia para conservar el cacao nativo del Soconusco", sentenció.