Tuxtla Gutiérrez: Un cajón sin salida por falta de calles y enlaces viales

Según expertos en urbanismo y arquitectura. Especialistas señalan que la ciudad se ha convertido en un "cajón sin salida" al carecer de calles continuas y enlaces de vialidades

Isaí López / El Heraldo de Chiapas

  · domingo 11 de febrero de 2024

"Cajón sin salida" al carecer de calles continuas y enlaces de vialidades / Foto: Isaí López / El Heraldo de Chiapas

Tuxtla Gutiérrez se ha convertido en un cajón sin salida al carecer de calles continuas y de enlaces de vialidades, señalan especialistas.“Desde su planeación inicial no se ha administrado correctamente el territorio, habría que direccionar mejor la inversión pública en un verdadero desarrollo urbano, la construcción de más pasos a desnivel no es la solución porque se privilegia al vehículo particular, se deja de lado la modernización del transporte que urge y en la infraestructura no se protege al peatón”, señala el presidente del Capítulo Chiapas, de la Academia Nacional de Arquitectura de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos, José Francisco Franco Martínez.

Agrega que “nos hace falta un poco más de humanización de la ciudad, según las instituciones públicas parece que un estatus que nos da a los habitantes son los puentes y no es así, no son la solución, pareciera que un mejor estatus es contar con un auto y no es así, las avenidas que tenemos no fueron diseñadas en su momento para los autos, y sufrimos el tráfico tan intenso”.

De acuerdo con el experto, la capital de Chiapas necesita mejores calles, mejores avenidas, mejor circulación vehicular, la ciudad debe ser muy humana, sustentable, ecológica, pero lamentablemente el meter más concreto a las calles va a generar más problemas posteriores, “no tenemos que pensar en vialidades de dos pisos, tampoco son la solución, ahora ya no podemos, habría que pensar en regresar al Tuxtla Gutiérrez en el que nacimos, ahora no es posible pensar en salir a caminar a las calles bajo los árboles”.

"Cajón sin salida" al carecer de calles continuas y enlaces de vialidades / Foto: Isaí López / El Heraldo de Chiapas

Cuenta que se podría con voluntad política del gobierno del estado, con una apertura, ya que hay muchos profesionales interesados en colaborar y que esperan que los tomen en cuenta.

“Hay capacidad profesional para diseñar nuevas avenidas, nuevas calles para que Tuxtla Gutiérrez pueda ser una ciudad más amable, hay que tomar en cuenta a los expertos en el urbanismo, lo que se necesita también una modernización del transporte público, sustituir las actuales combis por unidades de mayor cantidad y bajar el número de carros en las vías públicas para ir resolviendo el desorden”, afirma.

Otro experto en urbanismo, egresado del Instituto Politécnico Nacional y miembro del Colegio de Arquitectos Chiapanecos, Carlos León Chanona precisa que a la capital le urge mejorar el espacio público, las calles, las áreas deportivas, recreativas.

“Tenemos que ampliar las áreas públicas, sobre todo en la zona norte, la zona de Terán, crear una red principal de vialidades, hasta ahora no hay una aplicación en los planes de vialidades que se han hecho, pavimentamos 200 calles pero no pavimentamos las que debíamos hacer, no abrimos nuevas calles para conectar las vialidades, tenemos que generar nuevas alternativas para descongestionar las zonas álgidas, lo que hay es un problema muy serio de planeación que no siguen los planes que se han hecho”, sentencia.

Asegura que la inversión en Tuxtla Gutiérrez y en muchas partes de la ciudad es para el auto y no para el peatón, y que lo urgente es empezar a pensar en un transporte público más adecuado, de mejor calidad, no dar favoritismo al transporte particular.

“Sería posible rescatar a la capital con voluntad política, se intentó mejorar el transporte con el Conejobús pero fracasó y los socios le están cobrando al gobierno el pago de una deuda de 166 millones 273 mil 411 pesos con 01 centavos. Creo que se tiene que enfrentar está situación, la autoridad se va por lo fácil, por los pasos a desnivel que no resuelven las necesidades”, dice.

Mientras tanto, el arquitecto Armando Saldívar de la Vega expuso que por ahora la suspensión del proyecto denominado Circuito Interior Chiapas de Corazón, un segundo piso en el boulevard Manuel Velasco Coello, Prolongación Caña Hueca y entronque con la quinta norte y boulevard Los Laguitos, es una señal, pero eso no es todo, lo que urge es planear una mejor ciudad para un mejor bienestar de quienes la habitamos.


“En 1980 tuvimos el Primer Plan de Desarrollo Urbano en Tuxtla Gutiérrez y nos hablaba de estrategias para desarrollar al municipio, hay que desahogar el flujo vehicular altamente congestionado, se trata de resolver vías alternas de comunicación. Los especialistas han dado alternativas para un mejor flujo de vehículos para evitar nidos o cuellos de botella, el principal problema es la falta de planeación, las autoridades se han enfocado a la construcción de puentes y sin un análisis del costo beneficio, de impacto urbano y eso es necesario, se trata de desahogar el flujo vehicular, puesto que se construye con capacidad”, indica.

A juicio de Saldívar de la Vega, los puentes del Libramiento Sur, en la 11 poniente y boulevard Andrés Serra Rojas, como en el Libramiento Norte y boulevard Los Laguitos, Vicente Fox, Andrés Serra Rojas y Hospital Gilberto Gómez Maza, no eran necesarios, antes habían alternativas sin llegar a ese tipo de planteamientos.

Proyecto Chiapas de Corazón / Foto: Isaí López / El Heraldo de Chiapas

Para el arquitecto Sergio Farrera, académico de la Universidad Autónoma de Chiapas y miembro del Colegio de Arquitectos Chiapanecos, Tuxtla Gutiérrez no fue hecha para los vehículos, sino para las personas, para los peatones, llegó el momento en que el vehículo se volvió tan popular y ahora reclama una ciudad no construida para los autos, por lo tanto, se siguen haciendo más y más acciones a favor del auto particular y habría que apostarle más al transporte colectivo.

“Si tuviéramos mejores medios de transporte público seguramente habría el deseo de viajar más en ese medio, lo que más convendría es un mejor sistema de transporte urbano que sea mucho más eficiente y desaliente el uso del auto particular, cualquier calle va a resultar insuficiente ante el número de carros en circulación”, menciona.

Ausencia de ordenamiento para una mejor ciudad

Ante los complejos problemas de desarrollo urbano, de la falta de planeación, ausencia de consulta y de consenso de los programas de construcción, el arquitecto Manuel de Jesús Pérez Gómez compartió que el gran problema es precisamente el que no se planea, no se establece un consenso con el pueblo, ni se consulta a los expertos, “se trata de promover una planeación integral para el desarrollo de la ciudad, eso es lo que necesita la capital, se trata de conectar los diferentes puntos de la ciudad, se trata de redensificar el suelo, cambiar su uso, aumentar su capacidad de uso, hay marcos jurídicos, lamentablemente la voluntad política se opone a los intereses de la ciudad, falta una red de movilidad urbana”.

Terrenos baldios / Foto: Isaí López / El Heraldo de Chiapas

Una muestra de la falta de planeación en Tuxtla Gutiérrez es que la capital del estado de Chiapas está conformada por más de 700 colonias, el crecimiento poblacional y la migración ha generado una fuerte presión sobre el territorio. A partir de 1980 se ha conformado una franja de 69 colonias irregulares, desde la entrada de Chiapa de Corzo por la falda del cerro hacia colindar con el bosque, hasta llegar al límite con el municipio de San Fernando.

Estos asentamientos humanos irregulares de Tuxtla Gutiérrez colindan con otros 22 asentamientos humanos pertenecientes al municipio de Chiapa de Corzo. En las márgenes del Parque Nacional Cañón del Sumidero se contabilizan 30 mil 469 lotes habitados por aproximadamente 50 mil personas, este universo presenta una diversidad de problemas, el más álgido es la falta de agua potable, de drenaje, pavimentación, seguridad, alumbrado público, regularización de la tenencia de la tierra, entre otros.

Estos asentamientos ocupan una superficie aproximada de 2 mil 910.70 hectáreas, donde la principal evidencia sobre la ocupación es la degradación del suelo, la pérdida de la cubierta vegetal, la nula o poca recarga de agua, la migración de la fauna, la falta de condiciones para el acceso al derecho humano al desarrollo y al bienestar.

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