Familias desplazadas exigieron a las autoridades de los tres ordenes de gobierno y de Derechos Humanos la atención ante el problema que prevalece en el Ejido Toquian Grande y Pavencul, ya que presuntamente las autoridades ejidales pretenden apropiarse de sus patrimonios y robarle sus cultivos.
Eduardo "N", afirmó que desde hace dos años más de 100 familias huyeron de Toquian Grande y Pavencul ante las constantes amenazas de muerte por parte de las autoridades ejidales, bajo el argumento de apoyar al grupo contrario de transporte, por lo que tuvieron que abandonar sus patrimonios o bien dejarlos al cuidado de familiares.
Dijo que fueron informados por personas que viven en la comunidad de que presuntamente las autoridades, encabezados por el comisariado ejidal, Juan López Pérez, el agente municipal, Geronimo Bartolón, y el presidente del consejo de vigilancia, Lucio Díaz Pérez en reunión acordaron introducirse a los terrenos de los desplazados para cortar el café y apoderarse de la cosecha.
Señaló que por acuerdo de estas personas están obligando a los habitantes a acudir a hurtar el aromático grano, de lo contrario han amenazado a los comuneros en cobrarles multas de hasta 4 mil pesos a quienes se resistan a participar de estas prácticas ilícitas.
Detalló que las familias desplazadas cada año son apoyados por sus familiares en cortar sus productos, cuyos recursos ocupan para subsistir y cubrir sus necesidades básicas al estar lejos de sus lugares de origen, sin embargo, ahora temen quedar en estado de indefensión ante este anuncio de saqueo por parte de las autoridades ejidales.
Por su parte Roberto "N", indicó que la mayoría de su familia no puede llegar a Pavencul porque están amenazados, por lo que afirmó que las autoridades ejidales mienten a las autoridades al decir que hay paz y tranquilidad en esta comunidad, cuando el conflicto aún persiste.
Finalmente pidió a las autoridades de los tres niveles de gobierno tomar cartas en el asunto y poner fin a la monarquía que mantienen las autoridades ejidales de Toquian Grande y Pavencul, lo contrario el riesgo de enfrentamientos y hechos de sangre está latente, situación por la cual las familias desplazadas temen por sus vidas.