A pesar de los desafíos financieros enfrentados por el Instituto Nacional de Migración (INM) el año pasado, las detenciones de migrantes continúan en la carretera costera de Chiapas, ruta principal para aquellos que buscan llegar a la frontera norte con Estados Unidos.
Según fuentes del INM, los capturados son trasladados a la Estación Migratoria Siglo XXI, catalogada como el mayor centro de retención de migrantes en Latinoamérica, donde permanecen aproximadamente 12 horas.
En contraste con prácticas anteriores, ahora los migrantes son liberados tras acordar regularizar su situación migratoria en México, a diferencia del pasado, cuando se les obligaba a firmar documentos para abandonar el país por la frontera más cercana, generalmente con Guatemala.
Las fuentes consultadas revelaron que hasta el momento no hay personas en el interior de la estación migratoria después de los acuerdos de regulación, ya que no pueden permanecer detenidas por más de las horas estipuladas.
Los grupos familiares, por su parte, son dirigidos a instituciones como el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), a nivel federal, estatal o municipal, donde pueden permanecer hasta cinco días antes de ser trasladados a albergues para iniciar sus trámites de regularización.
Sin embargo, organizaciones como Pueblos Sin Fronteras (PSF), el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova (CDHFryMatias) A.C. e incluso la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) han denunciado que estas detenciones vulneran los derechos de los migrantes en tránsito por México.
Estas organizaciones argumentan que las detenciones del INM no solo transgreden las leyes migratorias internacionales, sino que también afectan la integridad y dignidad de las personas que buscan mejores condiciones de vida en el país norteamericano.
Además, se han documentado casos de abusos, maltratos, tortura, falta de acceso a asistencia legal y humanitaria adecuada durante las detenciones, resaltando la necesidad de revisar las políticas y prácticas del INM en relación con los migrantes.
Ante estas situaciones, distintas voces han instado a una revisión profunda de las políticas migratorias, enfocándose en el respeto a los derechos humanos y la dignidad de quienes buscan una vida mejor al cruzar fronteras.