"Lucharaaaán a dos de tres caídas sin límite de tiempo", es la frase más icónica y representativa de la lucha libre, uno de los deportes nacionales que se caracteriza por el enfrentamiento entre el bien (los técnicos) y el mal (los rudos).
Llave y contrallaves, espectaculares lances y acrobacias, coloridas máscaras y trajes llamativos forman parte de este deporte que es de la cultura mexicana, por ello en 2016, el Senado de México declaró el 21 de septiembre Día Nacional de la Lucha Libre y del Luchador Profesional Mexicano.
En Tapachula la lucha libre sobrevive gracias al esfuerzo de particulares que impulsan este deporte en las nuevas generaciones, a través de funciones de talla internacional y la puesta en marcha de escuelas.
Esta ciudad, ubicada a más de mil kilómetros de la capital de la lucha libre (Ciudad de México), ha contado con grandes personajes que han impulsado este deporte a nivel profesional, entre ellos Francisco Moreno, mejor conocido como El Gallo Sureño, una leyenda del ring en la frontera sur.
Gallo Sureño, una leyenda del ring
Francisco Moreno o El Gallo Sureño, fue considerado una leyenda del ring por más de 60 años. El luchador tapachulteco creció viendo películas de El Santo, Mil Máscaras y Blue Demon. Famoso en sus tiempos por la llave "La Pisadora".
Debutó por primera ocasión en la ciudad de la Piedra como Guapo Siniestro Huixtleco. Este deportista era reservado de sus propios padres y escondía su identidad a pesar de que él mismo los llevaba a ver las funciones, no obstante, se dieron cuenta de su identidad una vez que fue lesionado y tuvo que ser llevado a un hospital, luego perdió la máscara.
Fue por un amigo que tenía una revista en la Ciudad de México llamada Mr. Gallo, como el luchador tapachulteco logró obtener el nombre del personaje de la lucha libre, que se convirtiera en El Gallo Sureño por la frontera en Chiapas.
Fue en la época de los 70's cuando por sus destacadas actuaciones en los cuadriláteros de diversas arenas del país lo llevaron a disputar un campeonato mundial en su categoría en el Japón, lugar donde se coronó campeón.
Domingo a domingo, en el Centro de Convivencias o el Auditorio Municipal, que eran los escenarios de los luchadores locales donde participaban, Chucho Nava, los hermanos Itmazu, entre otros, donde el Gallo Sureño perdió la máscara con "La Garra", en una de las tardes de gloria.
Debido a que “Panchito” Moreno no quería que sus tres hijos se formaran como luchadores profesionales, escondía sus prácticas en su casa, sin embargo fue descubierto, por lo que decidió someterlos a duros entrenamientos con sus propios compañeros experimentados, quienes aceptaron que el linaje corría por las venas de los jóvenes.
Por más de 60 años el Gallo Sureño fue el principal impulsor de la lucha libre, al formar su propia escuela, donde sus hijos fueron sus principales alumnos y fue en el 2018, cuando la leyenda perdió la principal batalla de la vida, sin embargo, su legado y dinastía sobrevive a través de sus herederos.
La plaza de toros, escenario de grandes batallas
A pesar de que Tapachula no cuenta con una arena o escenario especial para el desarrollo de la lucha libre, si tiene escenarios que han sido testigos de grandes enfrentamientos entre luchadores de talla internacional.
La plaza de Toros La Bien Paga, ha sido uno de los lugares más representativos que ha albergado grandes batallas, convirtiéndose en el recinto especial de grandes luchadores profesionales de la libre triple A.
Este escenario ha recibido a luchadores de gran trayectoria a nivel nacional en internacional, entre ellos: La Parka, Octagón, Mil Máscaras, Texano Jr, Pyscho Clown, Chessman.
Asimismo, Negro Casas, Argenis, Silver King, Drago, Látigo, Perro Aguayo, entre otros, los cuales han conquistado los corazones de los niños y adultos que ha acudido a presenciar de espectáculo.
También el centro de Convivencias y el Palenque de la Feria de Tapachula, han sido escenarios de grandes enfrentamientos entre los rudos y técnicos, complaciendo a los amantes de la lucha libre en la frontera sur.
Es una gran responsabilidad cargar con el legado de la dinastía Sureña
A la edad de siete, Gacela Negra inició su preparación en la lucha libre, ya que por sus venas corría el amor por este deporte, al ser parte de la dinastía de una gran leyenda, el Gallo Sureño.
Debido a que su padre no quería que se formara como luchador profesional, les negaba el permiso para entrenar, sin embargo, al ver que el linaje de la lucha libre corría por la vena de su hijo, tuvo que aceptarlo, pero decidió someterlo a duros entrenamientos con sus propios compañeros experimentado.
Fue a los 12 años cuando debutó a nivel internacional en una pelea organizada Guatemala, evento que fue transmitido en televisión, momento que sin duda ha quedado marcado para siempre en su vida.
Con el paso de los años y con ayuda de su padre, Gacela Negra logró incursionar de manera profesional en la Lucha libre triple A y en el Consejo Mundial de la Lucha Libre, y tras ver en su hijo "las tablas", para sobresalir en el cuadrilátero, El Gallo Sureño dejó el legado en su hijo, por lo que decidió cambiar su nombre de Gacela Negra a Gallo Sureño Jr.
"Ha sido una gran responsabilidad cargar con la herencia de mi padre y tener en mis manos el legado de la dinastía Sureña, sin embargo, gracias a Dios hemos podido salir adelante forjandonos un nombre a nivel profesional a la altura de grandes luchadores", abundó.
Pese a su amor a la lucha libre, también se preparó académicamente, por lo que con esfuerzo y dedicación logró convertiste en Ingeniero - Arquitecto, por lo que combina su pasión por el cuadrilátero con el trabajo profesional.
Su mayor logro fue ganarle el campeonato latinoamericano a Abismo Negro, además en una de las funciones logró quitarle la caballera a El Apache, cuyos triunfos lo llevaron a ganarse un renombre en la lucha libre a nivel nacional.
"Ya tuve la oportunidad de enfrentarme con Mascarita Sagrada, Mini Espectrito, además de que fui a aplicar el examen a la Triple AAA en donde logré el pase, pero decidí irme al bando rudo, también de medir fuerzas con el ex WWE Súper Crazy, Cibernético, la Parka, Chessman hasta tuve la oportunidad de participar en un programa de televisión con Rey Misterio, dándole a todos su sello de la familia con la llave de la Pisadora", acotó.
De luchador a payasito discapacitado
Afrontar una discapacidad que resultó como consecuencia de practicar algo que realmente te gustaba hacer, refleja un duro golpe emocional, físico y psicológico para cualquier persona; la historia de Jorge Antonio Martínez Caballero conocido como el payaso "Chicharrín", es cruda, pero a la vez de enseñanza sobre una actitud inquebrantable.
Jorge Antonio hace unos años, cuando apenas salía de la adolescencia tenía una vida plena, ya que combinaba el estudio, el trabajo y el deporte, la lucha libre, este último tenía preparada una dura prueba de vida que poco a poco ha ido afrontando.
Narró que desde pequeño fue un amante y apasionado de la lucha libre, ya que las acrobacias de sus ídolos como Pentágon, Perro Aguayo provocaron el deseo de convertirse en un profesional de este deporte.
Fue a la edad de 12 años cuando inició a practicar la lucha libre, siendo un problema de depresión lo que lo motivo a adentrarse por impulso de unos amigos de sus padres.
Dijo que al principio todo transcurrió sin ninguna novedad, fue entrenado por el maestro "Violencia", quien le enseñó todo lo básico, desde las caídas, mortales, llaves y otras técnicas.
A la edad de 16 años se preparaba para una de sus principales peleas que se desarrollaría en Guatemala, cuando en uno de los entrenamientos tuvo una mala caída, lo que le generó una fractura de columna de las vértebras 11 y 12.
"Tras el accidente fui llevado a un hospital, pero el diagnóstico fue que nunca más podría caminar, es decir quedaría discapacitado de por vida y la única forma de desplazarme sería a través de una silla de ruedas", contó.
En un principio, después de su accidente, Jorge no podía creer que después de hacer muchas actividades en su vida cotidiana, de un día para otro ya no fue igual, y con esa condición ha ido construyendo un proceso de acostumbramiento para no caer en la depresión que tuvo en los primeros días.
Afortunadamente sus papás que toda la vida han sido payasos, le han mostrado un lado positivo de esta situación, que es de seguir adelante, ya que mientras se tenga vida, existe una esperanza de volver a levantarse físicamente y revertir esta adversidad; sin embargo, el aspecto económico es lo que muchas veces frena la buena actitud.
"A pesar de que por la lucha libre quedé discapacitado no me arrepiento de haberlo practicado, amo este deporte y si Dios me volviera a dar la oportunidad de nacer, sin duda volvería a elegir practicar este deporte", sostuvo.
Tras el accidente, Jorge decidió dedicarse al oficio de sus padres, ser un payasito, y aunque no ha sido nada fácil a través de este oficio a podido salir adelante, demostrándole a la sociedad que si se quiere se pueden hacer las cosas.