La vigilancia migratoria y militar disminuyó considerablemente en los últimos días, en la ribera del Río Suchiate.
Pese a esto, el flujo de personas que cruzan de Guatemala a México sigue en incremento, según revelan las cifras que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), quien documenta a diario las peticiones que recibe.
En los márgenes del afluente internacional, del lado chiapaneco, la vigilancia es escasa, con apenas unos cuantos guardias migratorios vigilan el paso "El Coyote" y "El Limón", mientras que en el más remoto, denominado "El Armadillo", los oficiales no hacen presencia y es punto abierto para quienes quieran pasar.
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Según la Comar, en Tapachula se reciben a diario unas 200 solicitudes de refugio, lo que evidencia que el flujo de migrantes es constante por la franja fronteriza que divide a guate ala de municipios como Suchiate, Tuxtla Chico, Frontera Hidalgo y Metapa de Domínguez.
El cruce de personas es notorio desde horas de la mañana hasta pasado el mediodía, pero según activistas, la mayoría de los extranjeros cruzan en horas de la madrugada para evitar ser detectados por las autoridades.
A esto se suma el aumento también de mercancías, que pasan de México a Guatemala y reactivan la economía del sector, esto ante la creciente del Río Suchiate que ahora es prácticamente imposible pasarlo caminando.
Del lado guatemalteco, la vigilancia también es nula, lo que traduce que el trabajo de contención lo tiene que realizar México y pese a esto la guardia se ha bajado en los cruces informales por donde habitualmente la gente atraviesa e ingresa al país.
Sobre la vía federal que conduce de Ciudad Hidalgo a Tapachula, dos retenes del INM permanecen en busca de detectar flujos irregulares, por los migrantes han sabido burlar estas volantas que operan desde el masivo arribo de extranjeros a la región.