Pese a su estado de salud y a su avanzada edad, don Domingo Pérez de 87 años se dedica a lustrar zapatos en el parque central Miguel Hidalgo en Tapachula, ya que es su única forma de llevar el sustento diario a casa.

Don Domingo narró que durante 17 años se ha dedicado a dar brillo al calzado de los tapachultecos, incluso muchos expresidentes municipales y políticos han visitado su área de trabajo para lustrar sus zapatos.

Su jornada es de aproximadamente 4 y 5 horas al día, ya que por su situación de salud no puede realizar mucho ejercicio ni puede estar expuesto por mucho tiempo al sol, sin embargo, ni esta situación lo detiene.

"Tengo 87 años y sigo trabajando, ya no como antes porque no puedo hacer mucho ejercicio ni estar en el sol, pero acá seguimos ganándonos la vida dando brillo a los zapatos de las personas", abundó.

Con problemas de audición y voz entre cortada, don Domingo narró que trabaja todos los días desde las 9 de la mañana hasta las 12:30 o 2 de la tarde, depende como se sienta en el día, ya que a pesar de su condición física le apasiona seguir lustrando calzado.

Don Domingo contó que hace un par de años fue intervenido quirúrgicamente, y tras la cirugía sus hijos le pidieron que dejara de trabajar, sin embargo, está acostumbrado a ganarse la vida con el sudor de su frente, por ello no ha dejado de trabajar.

Todos los días con su cepillo en la mano, la pasta y grasa, pero sobre todo con una notable calma, don Domingo limpia y da brillo al calzado de las personas y de los clientes que ha logrado conquistar con su trabajo para ganarse unos cuantos pesos.

Indicó que la actividad ya no es tan redituable como antes, pero por lo menos alcanza para sobrevivir y cubrir las necesidades básicas en la casa, ya que no recibe ningún tipo de apoyo gubernamental.

Expresó que durante las horas que puede trabajar llega a ganar entre 100 y 200 pesos, cuyo dinero no es mucho pero por lo menos le alcanza para comprar comida y para otro rubro básico.

"Mientras Dios me de vida voy a seguir acá en el parque dando brillo al calzado, esto me apasiona y me mantiene activo y con fuerzas todos los días, por lo que acá nos mantendremos", sostuvo.

Don Domingo recibe el apoyo de sus compañeros de trabajo, quienes lo consideran el "abuelito de los boleros", porque lo que cuando la situación pinta mal le envían algunos clientes para que se ayude económicamente.