Doña Tomasa y la tradición del dulce de calabaza que une a su familia

El dulce de calabaza es una tradición que no se puede perder y hacer todo lo posible para mantenerla menciona doña Tomasa

Manuel Núñez / Diario del Sur

  · miércoles 30 de octubre de 2024

Doña Tomasa utiliza una calabaza de aproximadamente dos kilos para hacerla en dulce / Foto: Manuel Núñez / Diario del Sur

En el hogar de Doña Tomasa, el dulce de calabaza es una tradición que cobra vida cada noviembre. Nos invita a su casa para conocer el proceso de preparación de este postre, compartiendo la historia y la importancia que tiene esta costumbre en su familia.

"Fíjense que cada año lo hacemos, aunque a veces antes o después de las fechas tradicionales", comenta Doña Tomasa, quien explica que, aunque respeta la tradición de preparar este dulce en noviembre, ella lo elabora cuando su familia lo desea, pues disfruta compartir este antojito con ellos. "Como mexicanos, respetamos las tradiciones y se vale, ¿verdad? Pero también, para mi familia es importante no perder esa costumbre de disfrutar el dulce de calabaza en cualquier época".

Para preparar el dulce, Doña Tomasa utiliza una calabaza de aproximadamente dos kilos, a la que agrega una barra de panela, un cartucho de canela y azúcar. "No es trabajoso hacerlo, pero los ingredientes a veces son costosos; la calabaza, la panela y la canela suben de precio en ciertas temporadas. Aun así, para mí vale la pena porque es un sabor que no quiero que mis hijos pierdan".

Doña Tomasa también señala que el dulce de calabaza puede disfrutarse en diversas celebraciones, como posadas o reuniones familiares, y que cada familia puede añadir su toque especial. Ella, por ejemplo, sugiere acompañarlo con camote o jengibre, lo que aporta un sabor único. "A veces lo hago solo con panela y canela, y mi familia pasa dos o tres días comiendo calabaza. Es delicioso y es algo que nos une cada año".

Aunque su método de cocción es simple, Doña Tomasa menciona que preparar el dulce en una olla de barro añade un sabor especial. "No sé qué tiene la olla de barro, pero le da un saborcito diferente. Es algo que también forma parte de nuestra tradición, de lo que nos conecta con nuestras raíces", expresa con una sonrisa.

Finalmente, Doña Tomasa recuerda a su hija la importancia de conservar esta costumbre y espera que en el futuro también ella la continúe con su propia familia. "Es una fruta que se presta para hacer muchas cosas, y nuestro dulce de calabaza es una tradición que no queremos perder. Hay que aprovechar, porque las tradiciones son parte de quienes somos".