La Barra de Zacapulco y sus playas se han convertido en un sitio turístico muy importante en el municipio de Acapetahua, donde incluso turistas provenientes de otros estados de la República acuden para disfrutar de la tranquilidad de sus playas vírgenes, pasar jornadas enteras de relajación y esparcimiento, disfrutar del sol, agua y arena, además de la rica gastronomía de mariscos que se prepara en la zona y son totalmente frescos.
Venancio Rodríguez, originario de este municipio, señala que las playas de Zacapulco, en realidad es habitada por poca gente, siendo eso precisamente por lo que son consideradas como un paraíso terrenal, ya que al llegar el turista se relaja, se olvida de todo y disfruta en un ambiente realmente hermoso y tranquilo.
Acapetahua también cuenta con las conocidas playas del embarcadero Las Garzas, pero la Barra Zacapulco, ha venido registrando un importante aumento de turismo principalmente, durante los periodos vacacionales de Semana Santa y fin de año, aunque todos los fines de semana también hay visitas.
El trayecto desde Tapachula es de aproximadamente dos horas vía terrestre y desde Acapetahua, son 45 minutos hasta el embarcadero, de donde deberán viajar en lancha otro trayecto por un costo de 150 pesos por persona para cruzar hacia las playas y poder deleitarse de en sus palapas de rica gastronomía de pescados, mariscos, recibir el sol y bañarse en las olas en esta zona del Océano Pacífico mexicano.
“Las palapas trabajan toda la semana e incluso cualquier persona puede llevar sus alimentos debiendo solo pagar su estancia en el lugar y si consumen alimentos o bebidas tienen el derecho de permanecer en ellas e incluso hay algunas que se rentan donde pueden pasar la noche”, dijo don Venancio Rodríguez.
Durante el viaje en lancha se puede disfrutar de la naturaleza, apreciar los enormes manglares, algunas aves migratorias y sentir directamente el aire proveniente del mar.
Sin duda las playas de la Barra de Zacapulco, son un área turística que ha venido creciendo desde que las autoridades lo han tomado más en cuenta, además de ser una zona tranquila, muy vigilada por los mismos lugareños, que se han ido organizando en pequeñas cooperativas para trabajar.
Se trata de un lugar que puede ser visitado durante todo el año y algunas de sus características principales son sus impresionantes mangles siempre verdes que llegan a medir 35 metros de altura, además de un clima cálido húmedo con un promedio de temperatura de 27°C y forma parte de la Reserva de la Biosfera La Encrucijada.