El Centro de Investigación y Estudios Sociales, Económicos y de Mercados (CIESEM), impulsa el cultivo del bambú en Chiapas como un proyecto de sostenibilidad e innovación, con el fin de frenar la deforestación de bosques y selvas en el Estado.
Enrique Alberto Vázquez Constantino, presidente del CIESEM, dio a conocer que Chiapas es un bastión para la producción de bambú, una alternativa versátil y respetuosa con el medio ambiente.
Dijo que el Estado alberga la posibilidad de cultivar 14 especies diferentes de bambú, todas pertenecientes a la familia de las gramíneas, cuyo aspecto es crucial, ya que estas plantas, al ser pastos, ofrecen una solución sostenible para la industrialización, eliminando la necesidad de talar árboles y preservando los ecosistemas
Señaló que el bambú cuenta con un potencial que abarca desde la fabricación de tablas y pisos para la construcción hasta productos biodegradables para la industria restaurantera y más allá, se presenta como un recurso invaluable que puede transformar la economía local sin comprometer los bosques y selvas.
El investigador indicó que una de las principales ventajas del bambú radica en su capacidad para la retención de agua y suelo, además su sistema radicular eficiente contribuye a la prevención de la erosión y la regeneración del suelo, ofreciendo beneficios ambientales que trascienden las fronteras de la industria.
Detalló que en el ámbito de la construcción, las posibilidades son vastas, porque puede usarse como tablas y pisos, hasta estructuras innovadoras, el bambú proporciona una alternativa resistente y estéticamente atractiva.
"Al optar por el bambú, no solo se está invirtiendo en un material duradero, sino también en la preservación de nuestros recursos naturales, que es la parte más importante del proyecto que impulsamos con cultivo de esta planta", abundó.
Reconoció que la versatilidad no se detiene ahí, ya que en la industria alimentaria y de servicios, su papel como material biodegradable para utensilios y productos de aseo se destaca. Estos productos no solo ofrecen soluciones ecológicas, sino que también refuerzan el compromiso de Chiapas con prácticas comerciales responsables.
"La iniciativa de impulsar la industrialización del bambú no solo beneficia a los productores locales sino también a los industriales, generando empleo y fomentando el crecimiento económico sostenible. Además, al adoptar esta perspectiva, estamos contribuyendo a la preservación de la biodiversidad y la salud de nuestros ecosistemas", sostuvo.
Finalmente mencionó que el bambú se presenta como un catalizador para el cambio positivo en Chiapas, al aprovechar su potencial, no solo se construye un futuro económico sostenible, sino también se preserva la riqueza natural que define a la región.