Pese al anuncio de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) en cuanto a restricciones que iniciarían el pasado 19 de marzo, el puerto fronterizo Talismán permanece si un solo filtro sanitario o migratorio.
Abajo del puente internacional, en el cruce informal de personas, dos agentes de la Policía Estatal con una patrulla “vigilan” este paso informal que lleva operando por años, pero solo ven pasar a cargadores de mercancías provenientes de Guatemala que burlan los cercos aduanales y fitosanitarios.
No hay más. Ni un solo militar que vigile el flujo de personas de manera ilegal ni que interrogue la causa de ingreso al país, mientras que en Ciudad Hidalgo el despliegue de agentes migratorios ha sido imponente en las últimas 24 horas.
El paso de personas de un país a otro es imparable, mientras los balseros hacen su agosto en este camino irregular por donde cientos de personas atraviesan a diario sin ningún control.
Incluso, tricicleros han acondicionado el camino de terracería para poder descender hasta este punto y subir con pasajeros por la módica cantidad de diez pesos por persona.
El gobierno mexicano anunció el despliegue de más de mil 500 elementos de Migración para intentar controlar el flujo de personas irregulares al país.
La atención se ha centrado en Ciudad Hidalgo, donde los guardias migratorios han impedido el paso de personas que incluso traen su documentación en regla.
Pero del otro lado, donde no hay focos de atención, no pasa nada y a cualquier hora del día el flujo de mercancías y extranjeros se da.
Talismán tiene, al menos, cuatro pasos informales para poder adentrarse a México, aunque sólo uno de estos sea el más utilizado sin que haya mayor problema para llegar a Chiapas.
Lugareños han señalado que la vigilancia se dio en 2018, después del ingreso de la primera caravana migrante, pero desde entonces no ha habido mayor cuidado en este paso fronterizo que conecta a Chiapas con el departamento de San Marcos.