El Centro de Dignificación Humana (CDH), dio a conocer que al menos un millón de migrantes del Triángulo Norte de Centroamérica, Sudamérica, Asia y el Caribe se han movilizado en las caravanas desde su inicio en 2018 en Honduras y hasta la más reciente megacaravana de más de siete mil extranjeros que partió de Tapachula el 30 de octubre, para internarse a territorio nacional.
Luis García Villagrán, coordinador del CDH, precisó que un promedio de 200 mil personas ingresan a México desde Guatemala caminando cada año, lo cual, refleja una dinámica migratoria constante y significativa. Esta cifra muestra la persistencia de los movimientos migratorios y señala la complejidad de los desafíos que enfrentan las personas que buscan ingresar a México y llegar a Estados Unidos.
“Es difícil precisar un número exacto de caravanas migrantes debido a su naturaleza cambiante y descentralizada, ya que se han formado grandes, medianas, pequeñas e incluso micro caravanas, cada una con su propia dinámica, tamaño y composición”, destaca el activista.
Añadió que las caravanas varían en términos de participantes y surgen de manera espontánea o pueden ser organizadas por grupos u organizaciones con motivaciones diversas, por falta de atención del Instituto Nacional de Migración (INM). Algunas caravanas han recibido una amplia cobertura mediática y han sido objeto de debate político, mientras que otras pueden haber pasado desapercibidas.
Mencionó que actualmente los migrantes la única opción que tienen para ingresar a México y avanzar a lo largo de la carretera Costera de Chiapas es a pie por la falta de permisos para hacerlo de manera segura a través de un autobús para llegar a su destino final.
Detalló que la travesía a pie es peligrosa, especialmente para grupos vulnerables como niños, adolescentes, personas de la tercera edad y aquellos que tienen alguna discapacidad. Estos individuos enfrentan riesgos de seguridad, explotación, abuso, problemas de salud y dificultades logísticas adicionales durante su viaje.
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Comentó que lamentablemente, desde que iniciaron las caravanas o éxodos masivos de migrantes en el año 2018 se han registrado muertes, desapariciones, secuestros y asesinatos. Estos eventos trágicos son una manifestación preocupante de los riesgos y peligros que enfrentan las personas en contexto de movilidad humana en su búsqueda por alcanzar lugares más seguros y una vida mejor.
Expresó que este año ha sido el más puntero de personas que caminan para llegar a Estados Unidos en comparación con el 2021, ya que hubo una reducción considerable de ingreso de las caravanas por las políticas de gobierno de Guatemala que desde entonces no permitió el ingreso de los éxodos masivos.
“Los migrantes están actuando como los beisbolistas, ya que pisan Tapachula y salen corriendo porque con cuatro oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, la Estación Migratoria y las 100 oficinas del INM son inútiles a lo que está pasando en la frontera sur”, abundó.
Puntualizó que en 2019 las propias autoridades promovieron la llegada de miles de migrantes en caravanas o en operación hormiga, luego que Olga Sánchez Cordero y Alejandro Encinas, secretaria de gobernación y subsecretario de Derechos Humanos en ese entonces, les ofrecieron un edén para que vinieran.
Cabe recordar, que el surgimiento de las caravanas migrantes se dio en octubre de 2018 y fue resultado de una convocatoria difundida a través de redes sociales en Honduras. El lema de la primera caravana era “No nos vamos porque queremos: nos expulsa la violencia y la pobreza”.
La primera caravana que se formó en Tapachula fue en octubre de 2019, estaba compuesta por aproximadamente dos mil migrantes provenientes de América Central, el Caribe y África, inició su recorrido desde la frontera sur con rumbo a la Ciudad de México. Su objetivo era buscar el respaldo y apoyo del gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador.