La riqueza de la gastronomía mexicana tiene profundas raíces en su herencia prehispánica, y entre los productos agrícolas que han sido parte de esta tradición durante milenios, destaca uno en particular: el chile. Este ingrediente, esencial en la cocina mexicana, refleja un gusto por lo picante que es quizás único en el mundo.
La investigadora Janet Log-Solís, pionera en estudios culturales sobre este cultivo, destaca que el chile está profundamente arraigado en las diversas culturas de México. Su presencia es constante en todas las regiones gastronómicas del país, sin importar las diferencias culinarias de cada una.
Entre las muchas variedades de chile que se encuentran en México, una de las más relevantes, a pesar de su pequeño tamaño, es el Capsicum annuum var. Glabriusculum, conocido por nombres como chiltepín, piquín, quipín, amashito, entre otros. Este chile silvestre es el más común en el país y ha ganado popularidad en las últimas décadas debido a su sabor y carácter distintivo, convirtiéndose en un recurso valioso tanto cultural como económicamente.
Características y distribución del chiltepín
El Capsicum annuum var. Glabriusculum presenta una variedad de formas, desde redondas hasta alargadas, y sus frutos pequeños cambian de color, pasando de diferentes tonos de verde en su etapa inmadura a un rojo intenso cuando maduran. Según el Dr. Luis A. Rodríguez del Bosque, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), el tamaño y forma de estos chiles varían según su ecotipo.
Este chile se encuentra en gran parte de las costas y serranías del país, desde Sonora hasta Chiapas y desde Tamaulipas hasta la Península de Yucatán. Un estudio de la Universidad Veracruzana sobre la distribución ecogeográfica del chile silvestre en México revela que este chile está presente en el 12% de los municipios del país, cubriendo el 23% del territorio nacional.
Valor genético y desafíos de conservación
Como variedad silvestre, el chiltepín es una reserva genética importante, esencial para la conservación natural de la especie y como fuente para los programas de mejoramiento de cultivos. Sin embargo, enfrenta amenazas debido a la pérdida de su hábitat natural y las prácticas de recolección insostenibles.
Por ejemplo, en la región del Río Sonora, la recolección del chiltepín, que inicialmente era para autoconsumo, se convirtió en una actividad económica relevante a partir de la década de 1980 debido a la creciente demanda y altos precios en el mercado. Esta tendencia no es exclusiva de Sonora; en la Sierra Gorda de Querétaro, donde se le conoce como quipín, su recolección comercial también se ha convertido en una fuente importante de ingresos para las familias rurales.
¿Qué beneficios tiene el chiltepín?
1. Es un antiinflamatorio
2. Funciona como estimulante del metabolismo
3. Contiene propiedades antioxidantes
4. Mejora la circulación sanguínea
5. Fortalece el sistema inmunológico
Iniciativas para la conservación y uso cultural
Organizaciones de investigación como el INIFAP y universidades mexicanas han promovido tecnologías de producción, como cultivos hidropónicos y sistemas agroforestales, para mitigar la deforestación del chiltepín en su estado silvestre y ofrecer alternativas de desarrollo comunitario.
Además de su valor económico, el chiltepín tiene un lugar en la vida cultural y ritual de muchas comunidades. Su uso medicinal es conocido en el tratamiento de heridas, infecciones pulmonares y fiebres. En términos rituales, en la Sierra Gorda se utiliza para alejar malos espíritus, y entre los tlapanecos de Guerrero, el caldo de chiltepín es parte de ceremonias de toma de posesión de autoridades municipales.
A pesar de su pequeño tamaño, tiene un papel significativo en la vida de muchas comunidades mexicanas. Su conservación como un recurso forestal no maderable es una tarea esencial para preservar este valioso componente de nuestra cultura.