El 2021 fue un año inusual, pues se vivió un crisis migratoria inédita por la llegada de miles de haitianos y haitianas, que pasaron hambre, durmieron en las calles, perdieron la vida por el coronavirus, en accidentes o se las arrebataron, aunque la mayoría logró su objetivo de seguir avanzando rumbo a la frontera norte con Estados Unidos, sin embargo, hay quienes consideran que Tapachula es una buena ciudad para vivir, lograr sus sueños y conseguir una mejor calidad de vida a la que no tenían en Haití.
Alexander Derizard, es uno los miles haitianos que busca radicar en la ciudad y alcanzar esa mejor calidad de vida en la Perla del Soconusco, la cual empezó a buscar desde el 2018 cuando salió de su país a los 16 años, un año más tarde que su mamá, quien actualmente permanece en Chile.
Alexander, dejó su país por la pobreza y llegó a Chile, en donde estuvo con su madre durante dos años, lugar en donde aprendió a hablar español y actualmente lleva alrededor de un año en Tapachula buscando salir adelante en esta ciudad en la cual, según datos oficiales en el 2021 más de 90 mil personas pidieron asilo político, en su mayoría haitianos o sudamericanos pero hijos de padres originarios de Haití.
“Mi madre me dijo que México es el destino y acá me tengo que quedar a esperarla, pues en un tiempo no muy lejano llegará, mientras tanto estoy trabajando como traductor en la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) para ganar un poco se dinero y estoy estudiando psicología en una escuela privada”, contó para Diario del Sur.
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El joven platicó que en muy poco tiempo ha hecho muchos conocidos y amigos. Además que la ciudad le gusta mucho porque hay personas buena que le brindad apoyo y le dan ánimos para que siga luchando por sus sueños de ser un profesionista.
“Muchos salimos, agarramos nuestras mochilas y emprendemos el viaje sin saber qué es lo que queremos, pero hay que hacerlo a consciencia e informados y no dejarnos engañar por personas que venden sueños de un futuro increíble, cuando la realidad no es así”, comentó.
Dijo que en el tránsito de todos los países que cruzó para llegar a Tapachula se vive un ola de corrupción y más en contra de los migrantes haitianos que los ven con el símbolo del dólar en la frente, cuando en realidad viajan sin dinero.
“Los haitianos que llegan a esta ciudad tuvieron que trabajar cinco a siete años en Chile o Brasil, para ahorrar un poco de dinero que se va dando en los países que se dejan atrás, esto con tal de que las autoridades nos dejen pasar, principalmente en Centroamérica”, abundó.
Con una sonrisa en el rostro y con la esperanza que pronto podría tener a su mamá con él, platicó que también práctica deportes pues juega fútbol, béisbol y entrena a un equipo de softbol de mujeres.
Respecto a su documentación comentó, “lo que le pediría a las autoridades es que agilizarán los papeles para que unos pudiera estar de manera legal en el país, puedan trabajar y no tengan la necesidad de seguir avanzado en busca entrar a los Estado Unidos, sino establecerse en esta ciudad y su gente que en realidad es bondadosa con los migrantes”, finalizó.