Suchiate, la frontera de Chiapas con Guatemala, dividido del vecino país del sur únicamente por el río homónimo, está de fiesta, celebrando a su santo patrono, el Señor de las Tres Caídas.
En esta pequeña ciudad que no llega a los 50 mil habitantes, los límites entre Guatemala y Chiapas son difusos, generalmente ni se notan hasta que, al querer realizar una compra le preguntan a uno: ¿Paga en pesos o en quetzales (la moneda guatemalteca)?
Para ellos, los habitantes de Suchiate, no hay molestia, al contrario, agradecen la visita de chapines que a diario pasan por el río Suchiate en balsas o caminando, cuando el bajo nivel del afluente así lo permite, y realizan el cotidiano intercambio comercial cuya derrama económica da prosperidad a este lugar.
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El parque central de Suchiate se llena de color y brillo con los hermosos trajes tradicionales que portan las visitantes indígenas que viajan desde el altiplano guatemalteco para cumplir con la tradición de venerar al Señor de las Tres Caídas, y que aprovechan además para comprar.
Grandes peroles, remedios casi mágicos para curar cualquier dolencia, ropa, veladoras, galletas, sábanas, edredones, y la degustación gastronómica entre platillos estilo oaxaqueño, tacos, quesadillas, la oferta es variada para estos peregrinos que viajan como parte de sus usos y costumbres.
Desde Xela, una mujer de la etnia Mam explica que venir a Suchiate es parte de su compromiso con el Señor de las Tres Caídas, además aprovechan a conocer México; estamos en México, ¿Verdad? Pregunta a esta reportera, la respuesta, es afirmativa.
Algunos pocos, los más audaces deciden viajar a Tapachula, la mayoría simplemente disfrutan del ambiente festivo en Suchiate, familias enteras descansan a la sombra luego de un día de compras, otras aprovechan a tomarse fotos en la fuente que decora el parque con motivos de flores de diente de león que borbotean agua.
Aquí no hay Covid, no hay diferencias, no hay rechazo, la gente de Guatemala es bienvenida en un espacio del que se adueñan cada año por tradición y al que acuden cotidianamente, por diversos motivos en un vaivén en el que las autoridades poco pueden intervenir.