El auditorio Luis Donaldo Colosio Murrieta, punto de reuniones de la militancia priísta, se encuentra en total abandono por parte de dirigentes de este partido político en Tapachula.
El inmueble que ha albergado la visita de aspirantes a la gubernatura de Chiapas y presidencia de Tapachula está desolado, entre matorrales crecidos y mallas ciclónicas que comienzan a desprenderse.
Además, en la cúpula principal construida hace más de una década, el plafón que cubre la estructura ha comenzado a desprenderse por pedazos, debido a la falta de mantenimiento, la lluvia y el sol que lo deterioran.
El recinto ha permanecido cerrado desde las elecciones de 2018, cuando el Partido Revolucionario Institucional (PRI) perdió fuerza ante el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena ) que ganó en la gubernatura de Chiapas, la presidencia de México y la alcaldía de Tapachula.
Desde entonces, los grupos afiliados al tricolor han dejado de reunirse en este lugar, testigo de importantes “cónclaves” por parte de los priistas.
Aunado esto, el deterioro de las calles aledañas al predio están para llorar, con enormes baches que vuelven intransitable el sector y solitario, sin que alguien haga tareas de reparación.
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En el sitio ni siquiera hay vigilancia, pese a que una de las puertas que da acceso al auditorio permanece abierta.
Por las noches, la inseguridad prevalece en el sector, que es evitado a toda costa por los transeúntes, ya que temen ser víctimas de asaltos o personas sin escrúpulos que allí se refugian.