En el abandono y prácticamente en ruinas, la zona arqueológica de Izapa localizada en el municipio de Tuxtla Chico enfrenta no solo los efectos emergentes y prioritarios de las autoridades federales, la falta de cuidado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), sino el paso del tiempo y las consecuentes condiciones climatológicas y meteorológicas que han causando efectos negativos en estos tesoros nacionales.
Enmontadas y sin los cuidados que se requieren, la zona arqueológica está abandonada y en ruinas, a pesar de que es considerada como de las más antiguas de México e importante de la zona costa de Chiapas, según el INAH el nombre de Izapa podría ser una deformación del vocablo Nahuatl “Atzacua” (lugar del reservorio de agua).
El sitio arqueológico se ubica muy cerca de Tapachula y es por mucho es otra de las víctimas del Covid, ya que desde antes de la pandemia se acusaba abandono y saqueo, sin embargo, se le daba mantenimiento para que los visitantes que acudieran a ella tuvieran un buen panorama y quizás con esto también evitar que las inclemencias del tiempo las siguieran arruinando a la velocidad con que avanza.
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En esta zona se desarrollaron desde por lo menos 1500 a.C., la cultura mixe-zoque (la cual tiene relación con los olmecas arqueológicos); los rasgos de la cultura pre-maya son evidentes, los cuales se hacen presentes posteriormente en toda el área maya del clásico.
La presencia de enclaves mexicas con el objeto de cobrar tributos en el área de la costa chiapaneca son patentes en todos aquellos poblados que presentan nombres en lengua náhuatl, desde Tonalá, Chiapas hasta El Salvador en Centroamérica.
Pero ahora, el crecimiento natural de la maleza que abarca parte de las áreas de diversos montículos da mala imagen a la zona que representa un arreglo de plazas o patios, las esculturas de Izapa integran ideas conmemorativas y mitológicas sobre el ser humano y la naturaleza, con una utilidad tanto práctica como espiritual.
Su mayor aporte es la escultura en bulto en el acomodo de estelas y altares, elemento cultural asociado a los montículos más importantes y el cual aparece posteriormente en el área maya durante la época clásica. En muchas de estas estelas están retratados personajes que aparecen en las leyendas del Popol Vuh, libro que narra las antiguas tradiciones originarias de los mayas de los altos.
Los vestigios de este sitio aparecen como montículos y plataformas organizados en ocho grupos, con estructuras que sustentaron templos y plazas, de los que se estima contaba con más de 160, entre pirámides y plataformas de hasta 20 metros de altura con monumentos esculpidos.
Frente a los edificios de las diferentes plazas, hay 252 monumentos, 89 estelas de piedra labradas con escenas religiosas, altares en forma de rana, disco o escuadra y otras representaciones pétreas, como lo son algunas esferas que podría significar representaciones solares.
En las dos áreas abiertas al público se denota el abandono tanto en el área F, donde se encuentra la mayoría de las estelas y esculturas de piedra, y de edificaciones denominadas áreas A y B.
Diario del Sur, trató de contactar al personal del INAH en Chiapas para conocer del estado que aguarda la zona arqueológica Izapa, sin embargo, no obtuvo respuesta de la dependencia.