En Tapachula, activistas denuncian acoso a migrantes en la Comar

El activista apuntó que está registrado un caso en el que una funcionaria de esta oficina gritó a una familia hondureña que no tenían derecho a un abogado

Eduardo Torres | Diario del Sur

  · miércoles 3 de febrero de 2021

Migrantes siguen a la espera de trámites en Comar/ Foto: Eduardo Torres | Diario del Sur 


El centro de Dignificación Humana A.C., denunció que personal de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) hostiga a migrantes que permanecen a la espera de trámites en cualquiera de las dos oficinas, situadas en la esquina de la 8a Sur y detrás de la plaza Cafeto en Tapachula.

Luis García Villagrán, director de esta asociación civil, expuso que los trabajadores de esta comisión interroga a los extranjeros que han tenido que apostarse afuera de las oficinas, sobre el motivo por el cual siguen estando allí.


Aunado a esto, algunos empleados han revisado los teléfonos celulares de aquellos pocos que han podido comprar o cargar con uno, lo que evidencia aún más la violación a sus derechos humanos.

Incluso, el activista apuntó que está registrado un caso en el que una funcionaria de esta oficina gritó a una familia hondureña que no tenían derecho a un abogado, acto seguido les arrebató el teléfono y revisó los mensajes y llamadas que habían realizado.

“La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados COMAR se judicializa, ahora interroga a los solicitantes de refugio y les revisa los teléfonos”, refirió el activista.


Foto: Eduardo Torres | Diario del Sur 

Tortuosas esperas

Gabriela está afuera de las oficinas de Comar suplicando por una cita. No la han atendido, es invisible para las autoridades.

Proveniente de Honduras, la mujer tiene esperanza que puedan verla y darle una fecha para iniciar su trámite de refugio en Tapachula.

Ahora el cubrebocas le camufla un poco la parálisis facial que padece, producto de todo un cuadro de salud que se ha venido complicando.

Foto: Eduardo Torres | Diario del Sur 

“Por la ropa que traigo usted no puede ver, pero hasta traigo parte del intestino de fuera por una cuestión de salud que no he podido solucionar, porque no tengo dinero. ¿Usted sabe dónde me pueden ayudar?”, suplica la mujer.

Y no es el único caso. Como ella, cientos de migrantes siguen a la espera de poder recibir atención de parte de los funcionarios que, apenas, asoman las narices desde adentro para vislumbrar que afuera, hay un mundo de personas clamando ayuda.