Las mujeres policías, se enfrentan con valentía a la adversidad de trabajar en un mundo, erróneamente diseñado por y para hombres, Chiapas y Tapachula, no es la excepción dentro de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del Estado y la Policía Municipal.
Solo en Tapachula son más de 120 mujeres policías, lo que representa el 15 % de la fuerza de la policía municipal, quienes se encargan de realizar los trabajos de prevención en Tapachula y en sus alrededores.
La carrera policial consta de varias etapas, empezando por el reclutamiento y selección, obteniendo la certificación con pruebas médicas, poligráficas y socioeconómicas.
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Si aprueban, ingresan a las academias en Tuxtla Gutiérrez, donde dejan la vida civil y aprenden a ser policías; posteriormente, son asignadas a desempeñar labores específicas en las corporaciones.
Durante su vida policial deben se les evalúa y certifica constantemente con pruebas de habilidades de desempeño, cumpliendo jornadas de trabajo de 24 horas corridas y descansan 24.
Muchas deciden ingresar a la policía por vocación, pero otras al igual que los hombres, su segunda motivación es lo económico; sin embargo, esa vocación suele disminuir por ser pesado.
En Tapachula, hay mujeres policías a cargo de grupos y de atención a la mujer, otras de operativos donde combaten el pandillerismo de Centroamérica.
En entrevista con el Secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana de Tapachula, Fernando Rivas Vázquez, explicó que en la ciudad hay mujeres policías universitarias, quienes están en oficina, a cargo de alguna dirección, pero que han demostrado destrezas y ganas de servir
“Por instrucciones de la alcaldesa Rosa Urbina, se apoya a mujeres policías que se inscriben para seguir preparándose, incluso no solo a mujeres, hace unos meses tres elementos de más de 50 años de edad, terminaron una licenciatura policial, y hoy están a cargo de unidades”.
Combate a la violencia contra las mujeres
En la SSPM encontramos a la coordinadora de la Unidad de Protección a la Mujer, Jazmín Torres, quien tiene a su mando a hombres y mujeres, que atienen delitos de violencia familiar o contra la mujer.
Al preguntarle cómo logró llegar a ese puesto, dijo que se trabaja al servicio a la comunidad, con apego a derecho y empeño, por ello fue nombrada primero comandante de patrulla y ahora es coordinadora de esta unidad.
Dijo que es muy raro que una mujer tenga el mando, pero a mí me tocó trabajar en este lugar y hago mi trabajo con mucho esfuerzo y dedicación, en este trabajo es de 24/7, es decir estar atento a los acontecimientos que se registre en Tapachula.
Las y los policías de este departamento han salvado a mujeres que son salvajemente lastimadas, incluso asesinadas, hemos llegado a tiempo y se ha detenido a los agresores que son puestos a disposición de las autoridades.
Dijo que muchas mujeres policías se han desempeñado con lealtad, algunas llevan más de más de 20 arrestos o puestas por violencia, todas tienen un día de descanso por cada puesta que hacen, para poder incentivar a la mujer y al hombre policía lo que también les cuenta para un ascenso y “en mi caso trabajo 24/7 es decir solo voy a mi casa dos veces por semana a ver a mis hijos”.
Hoy que es la coordinadora de este grupo de atención a la mujer, cita que se tiene el mejor sector de todo el municipio y se atiende cada una de las llamadas de auxilio a la mujer, junto con elementos de la Policía Estatal Preventiva y Fronteriza.
Desempeño laboral, tiene que ir contra las pandillas
Gabriela, es otro elemento de la SSPE capacitada en combate de peligrosas bandas que vienen de Centro y Sudamérica, patrulla las calles y colonias de toda la costa de Chiapas.
La encontramos en un puesto de control, una mujer que ama su profesión y se ha capacitado junto a sus compañeros hombres para cualquier emergencia, por lo que también realiza inspecciones de las unidades en búsqueda de armas, drogas.
“Para entrar a la policía se debe de tener vocación en el trabajo y la otra es que necesitas tener un trabajo, sin embargo, ella ha sido secretaria auxiliar, y escolta con algunos comandantes, hoy tienen la responsabilidad de estar en el grupo antipandillas, un trabajo pesado.
Dice que fue casada, tiene hijos, pero se vio en la necesidad de que se quedaran solos, los recomendaba o les dejaba sus alimentos y pedía de favor que los llevaran a la escuela, así fueron creciendo y se hicieron cargo de ellos mismos, valorando cada vez más su esfuerzo.
“Cuando uno tiene responsabilidades y obligaciones, así como yo las tuve, tienes que levantarte a las 5 de la mañana, dejas la comida hecha y las cosas que van a necesitar tus hijos, lo que se van a llevar a la escuela para luego salir a trabajar, solo Dios sabe cuándo o si ya no regresamos a casa.
Mi preocupación era que mis hijos estaban pequeños y no regresar a casa por el tipo de trabajo que tengo. Hoy me siento orgullosa y combato a la delincuencia, pero sin duda el trabajo de una mujer policía no es fácil”.
Con motivos para seguir adelante
Ivonne Ingrid, tiene 37 años, es otra mujer policía estatal, se casó a los 17 años, en esa relación nació un niño especial y fue abandonada por su pareja, dejándola a su suerte a ella y a su bebé.
Con el apoyo de sus padres, hace 17 años decidió ingresar a la Secretaria de Seguridad Pública Estatal, entró a la academia con el único fin de salir adelante ella y su hijo que hoy ya cuenta con 20 años.
“Tenía el apoyo de mis padres, pero no podía quedarme toda la vida sin hacer algo, sin tener una profesión o solo con la secundaria, así que metí mis papeles a la SSPE, aprobé todos los exámenes y culminé la academia, mi primera misión fue en la zona Norte del Estado donde ese año había conflictos.
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Por primera vez tuve miedo, a pesar de estar armada con una pistola 9 milímetros y un arma larga, en ese momento no sabes si disparas y te vas a la cárcel o decides salvar tu vida, es un arma de doble filo, ir a un desalojo o a algún operativo”, señala.
A sus 37 años, ha sido escolta, ha participado en diferentes operativos para restablecer el orden, además ha patrullado diferentes ciudades de Chiapas, “la función que hacemos es revisar o detener a las mujeres, para evitar violación a los derechos humanos”.
Ella ahora tiene una pareja que es policía municipal y a parte de su hijo especial, tiene una niña de 6 años, y cuando sale de su casa, reza para regresar con bien y ver a sus hijos.
“Como toda mujer, todos los días me despierto temprano para dejarles de comer a mis hijos, después voy al trabajo en la oficina, y a veces va a patrullar y realizar diferentes actividades”, señala.
Ella agradeció a la Secretaria de Seguridad Pública del Estado, pues está a dos meses de terminar la carrera de derecho, dice que le ha costado mucho, pero ella sabe que vale la pena el esfuerzo, ya que indica que a sus 37 años culminar una carrera, es algo de lo mejor que le ha pasado.
Muchas mujeres policías en Chiapas, han dado su vida, para salvar otra, hoy hay que felicitar a estas mujeres con valor, con responsabilidad que trabajan en la detención de hombres golpeadores de mujeres y de personas que ingresan a Chiapas y pertenecen a las bandas delictivas.