El aumento significativo de contagios en distintas comunidades de Chiapas especialmente en Tapachula, Arriaga, Tonalá y Cabeza de toro en la Diócesis de Tapachula vuelven a poner a la sociedad en alerta esto, aunque el semáforo epidemiológico para nuestro estado se mantenga congelado en verde, señaló en su mensaje dominical el Obispo Jaime Calderón Calderón.
Afirmó que el virus vive entre la población, la situación no es para relajarse, y no se debe hacer caso omiso a la situación de enfermedad y muerte que se está volviendo a atravesar, por ello, la razón fundamental de abordar el tema en su mensaje dominical cada semana es para “estar en guardia contra el covid-19” de manera personal y comunitaria.
Agregó que la relajación en los protocolos de salud ha vuelto a cobrar factura, a muchos les parecía que la pandemia estaba domada pero hoy se vuelve a ver su regreso, la pandemia solamente será vencida con esfuerzo permanente de vacunarse, observar los protocolos de sanidad, evitar las fiestas y reuniones de diversión.
Hizo el exhorto a los sacerdotes y a todas las comunidades parroquiales a vivir con reforzada exigencia el protocolo de sanidad (uso de cubrebocas, sana distancia y gel antibacterial), ya que la pandemia puede ser domada si todos deciden cuidarse mutuamente.
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Asimismo, el obispo abordo el tema del regreso a clases presenciales el cual de acuerdo a señalamientos de la secretaria de gobernación, Olga Sánchez Cordero es impostergable según declaró el pasado 6 de agosto en la conferencia matutina del presidente de la república y además se estableció que la educación será considerada una “actividad esencial” para no detener la economía del país y que la decisión de regresar a clases es independiente del color del semáforo epidemiológico.
Monseñor Calderón Calderón reconoció que esa noticia ha impactado y desconcertado tanto a docentes como a padres de familia y a toda la población, ya que parece que todo está subordinado a la economía sin importar el costo de vidas que esto seguramente va a implicar, dada la situación que se vive y más que una ayuda será una agravante a la situación pandémica.
En ese sentido el obispo agradeció nuevamente, todo el valor y el esfuerzo de docentes y padres de familia en favor de la educación de los niños y jóvenes e invocó a la cordura y sensatez para que sean los padres de familia, junto con los docentes, quienes tomen las pertinentes decisiones sobre el regreso o no a clases presenciales.