Desde hace años, una cueva ubicada en el libramiento de este municipio, en el tramo carretero de Huehuetán a Villa de Comaltitlán, ha despertado la curiosidad de los automovilistas, especialmente de noche, cuando se pueden ver las llamas de veladoras a un costado de la carretera, iluminando entre las sombras.
Esta cueva, formada entre dos rocas junto a una cañada o caída de agua, se encuentra en el kilómetro 247, rodeada de abundante vegetación y en un terreno de difícil acceso. A pesar de ello, este lugar, cargado de energía y misterio, atrae a personas devotas y a practicantes de la magia negra que acuden a dejar lo que se conoce como “trabajos” rituales.
Diario del Sur visitó el sitio, que varios habitantes de Huixtla mencionan con frecuencia, pero que muchos aún desconocen. Está situado cerca de un arroyo que brota de la montaña y que, tras cruzar un drenaje fluvial construido por Caminos y Puentes durante la construcción del libramiento, sigue su curso. Debido a las lluvias, el lugar se encuentra cubierto de maleza, lo que dificulta el acceso.
Dentro de la cueva, el ambiente es fresco, en parte gracias a los árboles que la rodean, y se oye el constante murmullo del agua fluyendo. Las rocas que forman el “techo” de la cueva están ennegrecidas, señal de que en algún momento se han encendido fogatas y veladoras. Entre los restos se pueden ver vasos de veladoras, en distintos colores y tamaños, relacionados con las leyendas de que cada color se elige según el propósito de los “trabajos”.
Además, hay envases vacíos de cerveza y restos de arreglos florales. Aunque no se investigó en profundidad si existen "entierros" de trabajos de brujería, los signos de prácticas esotéricas son evidentes. La persona que ofreció información sobre las actividades que ocurren en este sitio prefirió mantener su nombre en el anonimato y no pudo acompañarnos durante el recorrido.
Esta pequeña cueva es frecuentada al igual que la conocida cueva de “La Piedra de Huixtla”, la cual es más amplia y donde también se encuentran múltiples objetos usados en prácticas de hechicería, santería y limpias.