Emigra siendo muy joven a la Ciudad de México, su primera misión era convertirse en médico e ingresó a la Escuela Médico Naval. Siendo universitario se reencuentra con la mujer, la que se convierte en su esposa y con quien realizaría la misión más grande de su existencia.
Estudiaron juntos la secundaria y se separan cuando cada uno tiene que seguir su vocación, ella a Puebla a estudiar odontología y nuestro entrevistado a Ciudad de México para convertirse en médico.
Siempre fue un hombre prudente, serio, cuidadoso y cauteloso, sabía que no deseaba frustrar su futuro, así que se resguardó siempre. hasta que una amiga en común los reúne en una fiesta y en diciembre del 2007 se convierte en el novio oficial. A partir de ese momento ya no se separarían.
Comparten los mismos ideales y sentimientos. En diciembre del 2013, seis años después, se casan. Ella es María Candelaria Cueto Rabanales y nuestro entrevistado, Jaime Antonio López Meza.
Un noviazgo largo, porque cada uno debía cumplir sus ambiciones profesionales, él en un medio complejo y de estricta disciplina y ella haciendo una especialidad. El estudio y la superación individual los limita a ser padres de un solo hijo…
Siendo médicos con distintas especialidades, la brújula los movía por distintos rumbos hasta que decide junto con su esposa que debe regresar a Tapachula a trabajar y a esperar, porque a Jaime lo envían a la Paz Baja, California.
En la historia de Misión 33, es su esposa quien tiene la inquietud de hacer algo por los demás, Jaime se suma y, sabidos que en esta vida todos nacemos con alguna misión que, decidieron crear una asociación humanitaria para atender a niños y adolescentes con labio y paladar hendido, así como anomalías del cuello y toda la cabeza; todo sin fines de lucro, con la única misión de transitar por este mundo siendo útiles a los demás…
Él y su esposa no van solos en esta tarea, existe un grupo de amigos médicos, hospitales y voluntarios que se suman al proyecto, por cierto, proyecto ambicioso y con altos costos que logran superar gracias a la buena voluntad de benefactores a fines que, apoyan para mejorar la vida de estos pacientes.
Es su esposa, María Candelaria Cueto, quien inicia este proyecto estando en la especialidad en Ortodoncia en pacientes sindrómicos o con alteraciones craneofaciales, anotando que el labio paladar hendido es una de las principales alteraciones faciales en todo el mundo.
Estos defectos congénitos están relacionados de cerca con la clase marginada y la pobreza, gente sin recursos. -Hemos logrado pidiendo ayuda, que muchas operaciones en Ciudad de México, que tiene un costo de más de 400 mil pesos, el paciente solo gaste 20 mil-, anota el director médico de Misión 33.
Misión 33 nace en agosto del 2018 en Tapachula, Chiapas. Se reúnen con la familia para generar las bases y en enero del 2019 se constituyen como una asociación civil sin fines de lucro.
-Gracias a Dios podemos funcionar, a pesar de que no recibimos aportaciones económicas y nuestro gran apoyo es la organización “Smaile Train” (tren de la sonrisa), organización que se dedica a apoyar a hospitales y asociaciones que nos dedicamos a atender a pacientes con labio paladar hendido-, anota.
¿Por qué se llama Misión 33? Nuestro entrevistado cuenta que “todos tenemos una misión en esta vida que cumplir: como pareja, como profesionales de la salud y 33 es el año en que muere Jesús. Teníamos 33 años cuando iniciamos este proyecto, además investigamos y descubrimos que 33 significa salud, equilibrio, fuerza y unidad…Por esa razón se llama Misión 33”.
Las campañas cubren todo el sur del estado, e iniciaron con la región Soconusco, pero tienen pacientes de Istmo Costa, de la Sierra Mariscal, e incluso, algunos pacientes niños de Guatemala y El Salvador.
Todos los pacientes que ingresan a Misión 33 tienen la voluntad de dar una cuota mínima de inicio, para sostener algunos gastos. Existe un reglamento, porque una operación de labio paladar hendido tiene un seguimiento y más operaciones, hasta que el niño llega a la mayoría de edad.
Misión 33 es una de las asociaciones que a nivel nacional se considera con mayor atención médica a niños. Después de la pandemia comienzan organizando las campañas de operación gracias a que el hospital COFAT les abre las puertas para operar.
Hoy tienen más de 120 pacientes niños operados y para noviembre de este año lanzan la nueva campaña para operar a más niños. Es el sexto programa quirúrgico. Llevan 5 campañas logrando la sonrisa de más de 100 infantes.
En esta campaña, que será en noviembre, solo atenderán a 12 niños, porque no tienen el soporte económico suficiente y el apoyo más grande lo tienen de Smaile Train. Los especialistas, los médicos, anestesistas, todos los médicos no cobran un solo peso, solo se les paga el boleto de avión, estancia y comida.
El equipo quirúrgico viene de México para operar a 12 niños del 7 al 11 de noviembre, no 20 o 25 pacientes como en otros programas anteriores. Misión 33 hace dos campañas al año, trabajando muy fuerte por conseguir benefactores, vigilar la logística, conseguir los médicos y los recursos para pagar.
Jaime Antonio López Meza y su esposa María Candelaria Cueto componen un hogar con solo un hijo, -a cambio, tenemos muchos hijos- refiriéndose a tantos niños que tratan con amor, inspirándoles confianza para ingresar al tratamiento-operación que, les cambia la vida.
En esta misión, esta pareja de médicos ha sabido convocar y atraer amigos y colegas médicos para que se sumen al proyecto, así como la asociación de odontopediatría.
En este proyecto, trabajo y misión no existe celo, porque todos los involucrados están por amor, por la misión de ayudar al prójimo.
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Cada programa de trabajo, cada campaña requiere de meses para reunir a médicos, insumos y claro, dinero, por lo que Misión 33 solo hace 2 campañas al año.
Jaime Antonio López Meza es un hombre feliz porque está siendo el ejemplo de su hijo de 9 años, quien se está formando como una persona incluyente y con mucha sensibilidad.
Misión 33 tiene como presidente del proyecto a la doctora odontopediatra María Candelaria Cueto y como director médico a nuestro entrevistado Jaime Antonio López Meza.
Juntos han logrado la felicidad de muchos niños, uno sin el otro, este proyecto no podría ser la esperanza de los niños con labio paladar hendido.
Jaime y María Candelaria han logrado cumplir su misión en esta vida, servir al prójimo, han hecho mucho y no esperan recompensa ni reconocimientos, porque la misión se convirtió en una vocación.
La ventaja para aquellos niños que están en espera de una esperanza y ser operados, los creadores de Misión 33 no saben que ya cumplieron su misión, porque todo indica que no tienen límites y seguirán en esta labor hasta el último día de vida.
Jaime Antonio López y María Candelaria Cueto, aseguran que a pesar de todos los obstáculos, tienen como ministerio a un hijo de 9 años, ese niño y todos los niños, son su inspiración a seguir ayudando, a seguir tocando puertas, sumando amigos y benefactores para ayudar a que muchos niños sonrían, obtengan seguridad y sean felices.
María Candelaria es odontóloga con especialidad en odontopediatría, así como ortodoncia en pacientes sindrómicos o con alteraciones craneofaciales, estudiados en el Hospital Dr. Manuel Gea González y Jaime es médico, tiene 39 años, recién jubilado; es cirujano naval con especialidad en medicina integral y deportiva.
Tienen muchos postgrados y diplomados, un currículum envidiable, pero el mejor grado que poseen es una vocación de servicio inquebrantable.
Morancarlos.escobar1958@gmail.com