Debido a problemas climáticos, pero principalmente a actividades humanas, el suelo en Chiapas presenta un grave deterioro por erosión, convirtiéndose en el enemigo silencioso o la principal amenaza del medio ambiente.
El coordinador territorial de Sembrando Vida, Jorge Aguilar Reyna, dio a conocer que de acuerdo a estudios realizados por diversas instituciones ambientales el 70 por ciento de los sueños agrícolas presentan grados de afectación entre severos y muy severos en Chiapas.
Dijo que hasta el 2017, en la zona Sierra se perdían alrededor de 8 toneladas de tierra por cada hectárea, lo que deja entrever el grave daño ambiental que se está propiciando por malas prácticas agrícolas y la deforestación.
Señaló que se estima que por cada centímetro de tierra que se pierde por la erosión, tarda hasta 100 años en poder recuperarse, por lo que urgen estrategias que permitan mitigar o controlar este problema.
"El problema de erosión es muy visible en los ríos, los cuales están azolvados, por ello es imprescindible que se implementen prácticas agrícolas que detengan o controlen la erosión y la pérdida de suelo, porque el suelo es la vida", abundó.
Consideró que en México y en Chiapas el 60 por ciento de las tierras está en manos de los ejidos y lo que hagan los pobladores de estas áreas es fundamental para el control o para acelerar la erosión.
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El entrevistado indicó que a través del programa Sembrando Vida se ha contribuido a revertir el problema de la erosión en los suelos agrícolas, sin embargo, los resultados se verán a largo plazo porque el daño es muy grave.
Puntualizó que se ha puesto en marcha prácticas agrícolas sustentables, como el MIAF, producción de maíz intercalado con frutales, lo que contribuye a la generación de los suelos, porque los sistemas agroforestales generan biomasa y esta cae en la tierra y se vuelve en materia orgánica, la cual reactiva la vida en el suelo.