La iglesia católica considera que la nueva forma de educar en el país será un gran reto para las autoridades y docentes, ya que no habrá intercambio de ideas, por lo que es de vital importancia la intervención de los padres.
Jaime Calderón Calderón, VIII Obispo de Tapachula, mencionó que uno de los grandes retos que se tiene en este tiempo en donde parece que se esta superando le cresta de la pandemia, es la educación de los niños y jóvenes.
“Los obispos en México hemos dirigido una reflexión bajo el título: Frente a la dificultad para educar en este tiempo de pandemia, en donde buscamos ayudar a las autoridades sobre pasar este gran reto” mencionó
Explicó, que ofrecen una palabra de ayuda a discernir el todo y no sólo las partes; a promover la unidad y no el conflicto; a centrarse en reflexionar en la realidad y no sólo girar sobre el mundo de las ideas.
“Para afrontar este reto es necesario creer y confiar en cada persona y en la comunidad educativa en su conjunto, para volver a clases a distancia y en un futuro en una presencia escalonada”, indicó.
Comentó, que el regreso a clases presenciales requiere de tiempo, preparación y caminar hacia una cultura del cuidado que incluye la participación de padres, alumnos, así como de maestros
“Quiero insistir que ahora se hace muy necesario el acompañamiento de los padres de familia a sus hijos e hijas en la educación informal por la emergencia sanitaria, pues el curso escolar iniciará con la modalidad a distancia el próximo 24 de agosto como lo han anunciado las autoridades”, abundó
Añadió, “nadie debe dejar a la deriva a los niños, adolescentes y jóvenes y por lo tanto tampoco a las instituciones educativas escuelas y universidades sean públicas o privadas, pues ahí se gesta el desarrollo de nuestro pueblo mexicano al formar con calidad y equidad educativa a las nuevas generaciones”.
Detalló, que en la Diócesis de Tapachula cuentan con 12 escuelas católicas y una universidad de inspiración católica y que se están enfrentando a grandes retos por el descenso de matrícula por la economía de padres de familia.
Finalmente, agradeció a los padres de familia por su grande apoyo y que en todas las escuelas católicas están reflexionando, analizando y diseñando proyectos que ayuden a responder a los grandes desafíos pedagógicos, pastorales, tecnológicos, económicos, matrícula, laboral, infraestructura, entre otros.